martes, agosto 02, 2022

"El Señor construyó Sión, y apareció en su gloria"...Salmo 102.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 2 de Agosto del 2022

Pedro es símbolo, pero no precisamente de las mejores actitudes, sino del miedo, de la falta de fe y... al final, de la plegaria, de la apertura a Jesús y a su poder de salvación. Aquel Pedro que conocía al detalle el lago, al que se había enfrentado en tantas ocasiones, ahora, SIN Jesús, no es nada; sólo es un dominado por el miedo y por su propia impotencia.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 14, 22-36, nos describe esa travesía dura y difícil que vivieron los discípulos después que Jesús los obligó a que atravesaran el mar de Galilea donde vivían muchos paganos, mientras Él, subía a la montaña a orar.

Nos dice el texto del Evangelio, que: "Mientras la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario, Jesús se les acercó a ellos caminando sobre el mar. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, diciendo: "¡Es un fantasma!". Jesús les dijo enseguida: "¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!" Pedro le contestó: "Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre el agua". Él le dijo: "¡Ven!". Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: "¡Señor, sálvame!". Enseguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: "¡Hombre de poca fe! ¿Por qué has dudado?" En cuanto subieron a la barca amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él diciendo: "¡Realmente eres Hijo de Dios!". Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y lo hombres de aquel lugar apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le trajeron a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto. Y cuantos la tocaban quedaban curados." Mt 14, 23-36.

Hermanos, la barca simboliza la comunidad de todos aquellos quienes hemos decidido seguir los pasos de Jesús. Él nos obliga a ir a todos los lugares del mundo a anunciar la Buena Nueva del Reino que da vida a una nueva manera de vivir en común-unión.

Pero ir a cualquier lugar bien lo sabemos es agotador y se nos hace lenta porque en la vida nuestra, existen agitaciones y malos vientos que nos entristecen y hasta nos hacen perder el norte. Jesús, eso lo sabe, pero hoy quiere darnos una gran lección: Que aprendamos a enfrentar las dificultades pero unidos y fortalecidos por la Fe de quien nos envía.

Nuestro Papa Francisco decía en cierta ocasión: "Es importante que nosotros reconozcamos cuáles son las causas de nuestros ahogos en el mar de la vida y lo dice porque sabe que el pecado es la causa de las angustias  y es el principal factor que hunde nuestra barca".

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a olvidar de manera definitiva esos males que nos ahogan para así, volver a levantar nuestras manos al Señor y gritarle fuertemente: ¡Señor, Sálvanos!.

Señor, somos tu pueblo y ovejas de tu rebaño y por eso sabemos que aún cuando el viento es contrario, tu vienes hacia nosotros a cuidarnos, protegernos, animarnos, a guardarnos de todo lo que nos quiera hacer daño. Eres el mismo que hoy llega a nuestra familia, descendencia y todo el que se une a esta oración para quitar toda tormenta que en estos momentos estén pasando, para abrazarlos y decirles: Soy yo, no tengan miedo.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:13 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>