viernes, agosto 05, 2022

"Yo doy la muerte y la vida " Dt 32.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 5 de Agosto del 2022

Vivir como el Maestro y en comunión con Él es compartir su causa, : es este el estilo que se nos está proponiendo en este pasaje evangélico. De ahí la radicalidad que supone ese seguimiento. Él, el Maestro, camina por delante, de manera que podamos captar y entender la lógica que muestra. Y ahí estamos “atrapados” nosotros mismos, porque ésa es su propuesta. Quien quiera “otra cosa”, que desista del seguimiento de Jesús, el Maestro. ¡Cuánto me cuesta, no tanto “entender” cuanto el “cada día” que recoge el evangelista y testigo! Éste es el dilema para mí, para nosotros. Sólo desde una experiencia hecha vida y desde una relación personal intensa será posible entenderlo y asumirlo. 

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 16, 24-28, Jesús quiere manifestarle a sus discípulos el deseo de su Padre Dios de hacer de este mundo, un lugar digno, justo y feliz para todos.

Él le dice a sus discípulos: "El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces dará a cada uno lo que merecen sus obras. Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán, sin haber visto primero llegar al Hijo del hombre como rey." Mt 16, 24-28.

Jesús es muy claro con sus discípulos y lo que quiere decirles es que, el que camina con Él no puede estar aferrado a las cosas del mundo por qué puede terminar perdiendo el mayor de los regalos de Dios: Su Reino. 

Hermanos, Jesús nos pide renunciar a nosotros mismos y aceptar con alegría los sufrimientos y la cruz. Y eso de renunciar a si mismo bien lo sabemos no es una tarea muy fácil, pero, si es mi deseo seguir a Jesús contra todo viento y marea, tengo que hacer arder mi voluntad para hacer todo lo que Dios espera de mi; y eso, requiere de mi un discernimiento personal con una profunda confianza en Dios. 

Pidámosle al Espíritu Santo que nos dé su acogida y en sus brazos nos llene de muchas fortalezas para tomar en nuestras manos la cruz y con ella, seguir cada uno de los pasos que a dado Jesús. 

Señor Jesús, para nosotros eres el Camino, la Verdad y la Vida; creemos que nos llevas a disfrutar de la plenitud de nuestro ser, aunque sea a través de nuestra entrega generosa y total.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:17 a.m. | Permalink |


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