martes, agosto 09, 2022

"¡Qué dulce, Señor, son al paladar tus promesas!"...Salmo 119.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 9 de Agosto del 2022

Para entrar en el Reino de los cielos, hace falta un pasaporte: ser pequeño. Ésta es la identidad que nos distingue delante de Dios. Es esta, la virtud que más nos acerca a Él.  El evangelio de hoy es una invitación a mirar la intención por la que buscamos las virtudes espirituales. Si es por amor a nosotros mismos, para que nos vean las demás personas, para que vean lo bueno que somos, o si las buscamos para crecer en nuestra vida espiritual con esa sencillez con la que se dirige un niño a sus padres.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 18, 1-5.10.12-14, nos muestra una palabra clave: Los pequeños y Jesús no quiere referirse única y exclusivamente a los niños, sino a aquellas personas pobres, abandonadas, olvidadas y consideradas sin importancia dentro de nuestra sociedad. Y ello lo hace, cuando los discípulos se le acercaron para preguntarle: "Quien es el más grande en el Reino de los cielos?". Él llamó a un niño, lo colocó en medio de ellos y dijo: " Les aseguro que sino se convierten y se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. El que se haga pequeño como este niño, ese es más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba en mi nombre a uno de estos pequeños a mi me recibe. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños". Mt 18, 1-5.10.

Recordemos que en los tiempos de Jesús, las mujeres y los niños eran excluidos de la sociedad y no podían participar de las decisiones de los "grandes" quienes gobernaban e imponían sus criterios, leyes y ambiciones con injusticias.

Los discípulos estaban preocupados por tener un puesto importante y por ello, desean conocer de Jesús, en quien o quienes había pensado ubicar en los mejores lugares de la administración de su Reino; pero Él les responde, que lo más importante en ellos era que tuvieran un crecimiento hacia abajo, hacia la periferia donde viven los olvidados y desprotegidos de los gobernantes y los hombres que se consideran "grandes", pues cuando esto lo logren, serán considerados mayores.

Hermanos, hoy este Evangelio nos brinda una gran lección para hacer del Reino de Dios una realidad en cualquier lugar y de manera especial entre los pobres y más necesitados. Estos últimos han de ser nuestra preocupación y ha de ser el eje central de nuestra vida vocacional en el seguimiento a Jesús. 

Te invito a revisar como está tu preocupación por realizar la Misión que Jesús viene sembrando en tu corazón y si esta, tú, la vienes realizando con fidelidad y eficacia.

Señor, danos tu luz en este momento de oración. Con la confianza de un niño te pedimos también la intercesión de nuestro ángel de la guarda, de modo que tengamos la docilidad para escuchar tu Palabra y seguirla, como una oveja sigue a su pastor.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:08 a.m. | Permalink |


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