lunes, septiembre 05, 2022

"Cerca está el Señor de los que lo invocan"...Salmo 145.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 3 de Septiembre del 2022

Jesús, caminando con los suyos, atraviesa un sembrado. Una jornada de normalidad en donde se dan cita el hambre, el cansancio y las preguntas sobre la Ley.

Si Jesús ha venido al mundo y se ha hecho uno entre los hombres es para decir al hombre que está salvado; que los mandamientos de “santificar las fiestas, no trabajar en sábado... son caminos por los que el hombre va a Dios, disposiciones que hacen encontrar al hombre la plenitud de su ser. 

El Evangelio de hoy tomado de Lc 6, 1-5, nos narra que: un día sábado Jesús atravesaba unos campos de trigo y los discípulos arrancaban las espigas, las agitaban en sus manos y comían el grano. Unos Fariseos que iban con Él, le dijeron: "¿Porque hacen en sábado una cosa prohibida?" Jesús les respondió: "¿No han leído lo que hizo David con sus compañeros cuando estaban hambrientos? Entró en la casa de Dios, tomó los panes consagrados, que pueden comer solo los sacerdotes, comió y los compartió con sus compañeros". Y añadió: "El Hijo del Hombre es Señor del sábado". Lc 6, 1-5. 

Los Fariseos vivían creídos que con solo dar cumplimiento a la ley estaban salvados.

El día sábado para ellos era un día sagrado y por tanto, de descanso y en este se incluía la colecta o recolección de las cosechas.

Estaban muy equivocados, porque ninguna ley humana puede ir en contra de algo que favorezca a cualquier persona. El sábado es un día donde se puede servir al prójimo y no una coacción o imposición en la que el hombre se exime de servir o dar restricciones a sus labores un día sábado.

Las leyes cuando son justas nos abren las puertas hacia la libertad, a una convivencia fraterna digna y abierta al crecimiento personal y espiritual.

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a construir un corazón auténtico para vivir en libertad y de verdad los mandatos de Dios.

Señor, te pedimos nos concedas vivir con fidelidad el primer mandamiento de tu Ley que nos mandas amarte con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todas mis fuerzas.

 
posted by Laureano García Muentes at 6:53 a.m. | Permalink |


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