sábado, septiembre 17, 2022

"Lo mantendré eternamente a mi favor.".. Salmo 89.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 17 de Septiembre del 2022

Una vez más Jesús nos habla de su Padre, nos revela su paternidad, su amor infinito, su ternura que le hace inclinarse hacia nosotros, sus débiles hijos, necesitados siempre y en todo de su ayuda. Y es, precisamente, nuestra pequeñez, nuestra debilidad humana, nuestra fragilidad lo que se convierte en nuestro llamamiento a la misericordia de Dios. Así que estamos llamados a reconocer la presencia y acción de Dios en nuestra vida, en nuestra historia.  La proposición de Jesús es muy clara y evidente: nos invita a seguirle abandonándonos a la providencia amorosa de Dios nuestro Padre, a todos, nos dice hoy «no estén, ni anden agobiados…». Esto sólo se entiende si el Reino de Dios llega a ser el centro de todas nuestras preocupaciones, porque el Reino pide una convivencia, donde no haya acumulación, y donde haya compartir, para que todos tengan lo necesario para vivir.

En el Evangelio de hoy tomado de Mt 6, 24-34, Jesús le señala a los discípulos que el mayor obstáculo para que las personas sean más cercanas y progresen hacia una convivencia más humana y fraterna, es cuando se compromete a dejar a un lado el  culto al dinero. Y les dice: 

"Nadie puede servir a dos señores, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no le hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero. Por eso les digo que no se preocupen por su vida, pensando qué comerán o con que se vestirán. ¿Acaso no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?" Mt 6, 24-25.

La posición de Jesús es contundente y no deja lugar a discusión, cuando dice: "No se puede servir a Dios y al dinero" porque cuando el dinero está de por medio, las ansias de tener y de acumular riquezas absorben  y dejan a un lado la solidaridad hacia los más débiles y abandonados que viven entre el hambre y la miseria. 

El Papa Francisco nos resalta esta situación en la que hoy el mundo vive, diciendo: "Vivimos en la dictadura de una economía sin rostro y sin objetivo verdaderamente humano. Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más, más lejos del bienestar de esa minoría feliz". Sus palabras son contundentes porque quienes manejan el dinero se han vuelto incapaces de compadecerse de los clamores de los que sufren.

Y, es esta hermanos una gran realidad. "No se puede servir a dos señores" porque si nuestros afanes están concentrados en el poseer cada vez más y en el acumular las riquezas, no le ponemos atención a las cosas de Dios y nuestros pensamientos por servir y hacer el bien por los que sufren y viven en las periferias se dilata.

Señor, que no tengamos miedo a abandonarnos en ti. Que sepamos, que el abandonarnos en ti, implica una entrega de toda nuestra vida. Tú nos has tomado en serio, y por eso te pedimos que nos cuides, nos protejas, nos des la vida y muchos dones.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:35 a.m. | Permalink |


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