viernes, septiembre 16, 2022

"Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor."...Salmo 17

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 16 de Septiembre del 2022

La piedad y la Gratitud por la salud recibida eran la causa que las movía a ejercer esta obra de misericordia. Una de ellas era María Magdalena. No hay motivos para creer que la posesión diabólica signifique una vida culpable. Esta presentación de la Magdalena demuestra también que no tiene nada que ver con la pecadora puesto que las mujeres, que iban sido liberadas y perdonadas por Jesús, respondían a su don, con gesto de amor y  las convierte en auténticas discípulas (seguidoras) del Maestro.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 8, 1-3, es un resumen de la actividad pública y evangélica de Jesús. En este, Él asocia a los doce discípulos  con el grupo de mujeres que le seguían y que había sanado de espíritus inmundos y enfermedades. 

Nos dice el texto del Evangelio que "Jesús recorría ciudades y pueblos proclamando la Buena Nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que había sanado de espíritus inmundos y de enfermedades. María Magdalena, de la que habían  salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, mayordomo de Herodes; Susana y otra muchas, que los atendían con sus bienes". Lc 8, 1-3.

Tenemos que recordar que en la época de Jesús las mujeres no eran consideradas dentro de la sociedad y se les tenía poca estima, manteniéndolas siempre al margen de la vida social y religiosa. También, eran sometidas a la práctica de los preceptos y nada más, junto con los niños. 

Y miren, en su vida pública Jesús implantó un movimiento renovador dentro de las costumbres y ritos religiosos del judaísmo donde no se excluía a nadie. Todos tenían la acogida; puesto que Él sabia claramente cuáles eran los sufrimientos de la gente y no se negaba en hablarles y escucharles en cualquier lugar donde  se encontraban. Él fue solidario con todos los que sufrían.

Hermanos,  como lo podemos apreciar, Jesús supera la esclavitud a la que vienen siendo sometidos los hombres y mujeres, y devuelve la dignidad a las mujeres que son las primeras depositarias del mensaje y las convierte en sus apóstoles para que también, recorran pueblos y ciudades. 

Pidámosle al Espíritu Santo que tanto los hombres y mujeres de hoy nos convirtamos en verdaderos testigos del mensaje de la verdad y de la caridad en todas partes del mundo. 

Qué dicha tuvieron los Doce y de las mujeres que supieron reconocerte y por ello dejaron todo para acompañarte y servirte. Permite que encontremos la luz y las fortalezas en esta oración para permanecer siempre fieles a tu gracia, aun cuando se presenten dificultades y problemas.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:38 a.m. | Permalink |


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