domingo, septiembre 18, 2022

"Alaben al Señor que ensalza al pobre"...Salmo 113.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 18 de Septiembre del 2022

Jesús hoy en el Evangelio estaría usando una expresión coloquial, como cuando en español decimos “el vil metal”, aludiendo a las pasiones (la avaricia, la codicia, la ambición…) que suscita, sin que queramos decir que toda relación con el dinero haya de ser deshonesta.
Es en el trato con estos bienes, reales, pero no definitivos, donde se pone a prueba si somos realmente hijos de la luz o sólo hijos de este mundo. Los que son sólo hijos de este mundo se entregan a estos asuntos en cuerpo y alma, y, por obtener este género de bienes, son capaces de vender su alma al diablo, de hacer todo tipo de pactos con el mal, de cometer todo género de injusticias. No sólo “usan” el dinero, sino que se inclinan ante él como si fuese Dios; no se sirven de él, sino que “lo sirven”: se hacen siervos del dinero y de los bienes que desean poseer. 
Si somos hijos de la luz, entonces estamos llamados, no a inhibirnos de estas dimensiones de nuestra vida , sino a llevarlos a la luz, a iluminarlos con la sabiduría que proviene de Dios, a usarlos sin entregarles nuestro corazón ni hacernos servidores suyos.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 16, 1-13 nos presenta la parábola del mayordomo infiel y las riquezas injustas y nos dice que: "Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando". El administrador se puso a decir para sí: “¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”. Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero: “¿Cuánto debes a mi amo?”. Este respondió: “Cien barriles de aceite”. Él le dijo: “Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”. Luego dijo a otro: “Y tú, ¿Cuánto debes?”. Él contestó: “Cien fanegas de trigo". Le dice: “Toma tu recibo y escribe ochenta”. Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz. Y yo os digo: "ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas." Lc 16, 1-9.

Jesús quiere hacernos ver con la parábola de hoy la sagacidad del actuar de los hombres cuando buscan a toda costa las cosas que le convienen; se convierten en hombres astutos y rápidos ; pero nos hace ver como muchos de nosotros no actuamos de la misma manera cuando se requiere actuar en la administración de los talentos y dones que gratuitamente nos ha regalado el Señor. 

Él nos enfatiza sobre la importancia que debemos tomar en nuestro actuar por defensa de los más excluidos de la sociedad por quienes Él se entrega con amor y pasión por hacer visible la justicia de Dios.

Hermanos, hoy se nos hace muy importante que revisemos de manera sincera como estamos administrando todas las cosas de Dios, porque quizás tengamos un problema mucho mayor del que tenía el administrador de la parábola; es por ello, que Jesús nos recalca con firmeza, que no se pueden servir al mismo tiempo a dos señores (Dios y el dinero) pasando la vida solo preocupados por las cosas materiales, creyendo que estas cosas, son más importante que Dios.

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a partir de hoy a seguir firmes en el esfuerzo de vivir con autenticidad nuestra Fe.

Señor Jesús, queremos tener la audacia y habilidad para saber darte el lugar que te corresponde en nuestra vida. Creemos en Ti, confío y te amamos, ilumina este rato de meditación para que nada nos distraiga y sepamos guardar el silencio que nos permita realmente conocer tu voluntad.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:38 a.m. | Permalink |


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