miércoles, junio 01, 2022

"Reyes de la tierra, canten a Dios"...Salmo 68.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 1 de Junio del 2022

Qué intimidad tan profunda revelan las palabras de Jesús para con su Padre! Son las últimas palabras, la oración que da comienzo a su pasión. ¡Qué unidad más fuerte, más compacta puede haber, como la de la Trinidad: identificación de divinidad, de voluntad, unión en el Amor. No hay unidad donde no hay amor, no hay unidad donde no está Dios. Cuánta guerra, cuánto odio, cuánta incomprensión, cuánto rencor, aun en la tierra donde vivió el príncipe de la paz, donde Dios encarnado dirigió a su Padre este deseo: Presérvalos del mal.

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 17, 11b-19, Jesús revela su intimidad profunda con su Padre y lo hace delante de sus discípulos en la cena de despedida. 

Como lo dice el texto del Evangelio: "Jesús levantando los ojos al cielo, oro diciendo: "Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo." Jn 17, 11b-16.

Con esta oración, Jesús intercede al Padre y le pide que cuide de sus amigos y los proteja y defienda del maligno al enfrentar los males del mundo. 

Cuantas cosas hizo Jesús para demostrar su inmenso amor hacia nosotros, cuanto hizo para regalarnos la buena nueva del Reino de Dios e iluminar nuestros ojos para caminar con seguridad por el camino que nos señalaba. 

Él siempre estuvo allí atento  para guardarnos y protegernos de todo peligro,  hasta entregar su propia vida por todos nosotros. 

Hermanos, mantengamos nuestra esencia cristiana y seamos testimonio de la verdad, de la paz, el perdón y la reconciliación. Recordemos que tenemos el compromiso de ser continuadores de la Misión de hacer vida la persona de Jesucristo en todos los lugares del mundo. 

Señor, concédenos no tener en la vida otra tarea, otra ocupación, otra ilusión que ser santificado en la verdad.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:23 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>