martes, mayo 31, 2022

"¡Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel!"...Is 12.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 31 de Mayo del 2022

La fiesta de la Visitación constituye esencialmente una invitación a contemplar a la Virgen María, la Madre de Dios, que sale al encuentro de Isabel para ponerse a su servicio. Al mismo tiempo, se trata de una nueva oportunidad para considerar el poderoso llamado a vivir el amor generoso -amor que brota cuando Jesús habita nuestro interior. Pensar a María camino a casa de Zacarías e Isabel es muestra suficiente de que la Madre de Dios jamás se cerró sobre sí misma sino que estuvo siempre sensible y atenta ante las necesidades del otro. Se pone en marcha para servir en las labores domésticas, mostrando su sencillez y el profundo amor que tiene por Isabel

Hoy concluye el mes de mayo un mes dedicado a la Virgen María, mujer libre de todo pecado que fue elegida por Dios para ser madre de su Hijo Jesús; y desde allí, se le reconoce como parte principal en la historia de la salvación.

Ella nos invita a que como discípulos de Jesús seamos  verdaderos testimonios del evangelio según las bienaventuranzas y ayudemos a liberar y proteger a la humanidad del peligro del pecado. 

Hoy el Evangelio tomado de Lc 1, 39-56, nos presenta el canto de María donde se muestra con todo su esplendor la grandeza de su fe y su identificación maternal con el Hijo de Dios que lleva en su vientre: El Magnificat.

Dice el texto del Evangelio que: "María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu Vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá". María dijo:

"Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre" Lc 1, 39-55.

Hermanos este Evangelio nos invita a reflexionar sobre nuestro llamado al servicio de la obra de Dios. 

Si, también como María no podemos quedarnos quietos, ni mucho menos guardar y reservar para nosotros mismos el gesto bondadoso de Jesús de habernos escogido y llamado a ser protagonistas de su obra en el mundo. 

Acojamos con responsabilidad y decisión ese llamado que nos hace María en este día y  estemos siempre dispuestos a revestirnos de la pureza de su amor para brincar alegres y estar prestos a Salir a anunciar la grandeza del Reino de Dios donde el Espíritu Santo nos impulse. 

Señor, tu que inspiraste a la Virgen María, cuando llevaba en su seno a tu Hijo, el deseo de visitar a su prima Isabel, te rogamos, que, dóciles al soplo del Espíritu, podamos, con María, cantar tus maravillas durante toda nuestra vida. 
 
posted by Laureano García Muentes at 5:21 a.m. | Permalink |


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