"Reyes de la tierra, canten al Señor"...Salmo 68.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Lunes 30 de Mayo del 2022
Los Evangelios de estos últimos días nos sigue ofreciendo la
INMENSA actitud de Jesús ante su grupo; también Él es un gran pedagogo.
Olvidándose de sí mismo y de cuanto está a punto de sucederle, Jesús (como Buen
Pastor) está preocupado por la suerte de los suyos, que le abandonarán, que
harán una crisis profunda en su seguimiento. Intenta, pues, que no se
escandalicen de sí mismos y de lo que van a vivir. Y es que a los discípulos,
todavía, les resulta imposible aceptar esa suerte humillante que sufrirá su
Maestro. Será ésta la tarea del Espíritu, como Maestro interior.
Una gran lección deja a sus discípulos y a sus seguidores de todos los tiempos cuando dice: “Yo he vencido al mundo” y es esa, la mayor garantía que nos ofrece.
El Evangelio de hoy tomado de Jn 16, 29-33 se sitúa en la última cena, dentro de los momentos que anteceden a su pasión y muerte en la cruz. Jesús, le anuncia a sus discípulos que ante ésta realidad, ellos le van a dejar solo, pero, les tranquiliza diciéndoles que el Padre estará con Él hasta el final.
Entonces los discípulos le dijeron: "Ahora sí nos estás hablando claro y no en parábolas. Ahora sí estamos convencidos de que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por eso creemos que has venido de Dios”. Jesús les contestó: “¿De veras creen? Pues miren que viene la hora, más aún, ya llegó, en que se van a dispersar cada uno por su lado y me dejarán solo. Sin embargo, no estaré solo, porque el Padre está conmigo. Les he dicho estas cosas, para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán tribulaciones; pero tengan valor, porque yo he vencido al mundo" Jn 16, 29-33.
Jesús se muestra amigable, cercano, íntimo, sincero y sin miedo frente a los discípulos y les pide que sean como Él; y les advierte sobre los peligros del mundo que se pueden vencer si permanecen unidos y confiados en Él.
Y miren, cuantos momentos inciertos vivimos hoy, los cuales, a pesar de que cada día nos esforzamos en reconocerlo más de cerca a través de los Santos Evangelios, sentimos temores y hasta nos apartamos de ese camino que Él nos señala, escondiéndonos en nuestras seguridades.
A las puertas de celebrar el Pentecostés, debemos estar atentos y dispuestos a enfrentar estos desafíos porque tenemos que tener la absoluta confianza de que la Santísima Trinidad nos acompañan siempre.
Pidámosle al Señor que nos dé docilidad para no buscar en otros lugares la paz y las fuerzas necesarias para enfrentar las dificultades, sino, firmeza y temple en el poder Divino.