"El Señor ama a su pueblo "...Salmo 149.

Lunes 23 de Mayo del 2022

Jesús, después de haber advertido a los suyos del odio y de las persecuciones por parte del mundo, pretende ahora tranquilizarles diciéndoles que su fiel testimonio, en las duras pruebas que sufrirán por parte de los tribunales del mundo, será apoyado por el testimonio del “Espíritu de la verdad”, que Él mismo les enviará desde el Padre. Más aún, las contradicciones serán el lugar donde se manifieste con poder la acción del Espíritu Santo, que hablará por ellos. ¿Cuál es el contexto del testimonio del Espíritu? El odio del mundo. 

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 15, 26-16,4, Jesús le dice  sus discípulos: "Cuando venga el Defensor, que yo les enviaré de parte del Padre, el Espíritu de la verdad, él dará testimonio de mí; y también ustedes darán testimonio, porque desde el principio están conmigo. Os he hablado de esto, para que no fallen. Los expulsaran de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho" Jn 15, 26-16,4.

Jesús les adelanta a sus discípulos  sobre las consecuencias que tendrían que pasar en su seguimiento. Y les advierte que así como a Él lo han rechazado llevándole al sacrificio de una muerte en una cruz, ellos, compartirían la misma suerte. Pero, les promete que no estarán solos ni abandonados sino que les enviará un defensor que hablará por ellos y les llenará de fuerzas en todos los momentos.

Hermanos: En la dinámica de la Misión que consiste en anunciar los valores que Jesús proclamó, El centro de su advertencia tiene un solo objetivo: consolidar nuestro seguimiento a Jesús.

Jesús hoy nos anima frente a los desalientos que suframos y nos da el soplo de su aliento prometiéndonos que su Espíritu Santo estará presente en medio de todas esos momentos difíciles y que Él nos apoyará y dará fuerzas para levantarnos de las caídas y de todas las dificultades.

Confiemos pues en esa fuerza extraordinaria que nos hará testimoniar la presencia del Amor Misericordioso de Dios en todos los lugares del mundo. 

Espíritu Santo, ayúdanos a creer en Ti. Te pedimos por los que no creen, a amarte por los que no te aman y a confiar en Ti por los que no esperan en tu Palabra. Despierta en ellos, el fuego de tu amor.