"No a nosotros Señor,  no a nosotros, sino a tu nombre"...Salmo 115

Lunes 16 de Mayo del 2022

Hemos llegado al núcleo de toda la intimidad de Dios con nosotros y nosotros con Dios, por medio de Jesús. Porque no es posible olvidar que Jesús es el CAMINO al Padre. Jesús nos anuncia hoy al Espíritu Santo como el protagonista de nuestra vida de fe. Lo llama el “Paráclito”, abogado y defensor; le llama el “Maestro”.

El Evangelio de hoy tomado de Jn 14, 21-26, Jesús en su discurso de despedida le habla a sus discípulos del proceso que iría a vivir al volver a la casa del Padre, pero, les manifiesta la posibilidad de que todos puedan hacer parte de la misma vida que Él vive. 

Nos dice el texto que Jesús les dice a sus discípulos: "Quien recibe y cumple mis mandamientos, ese si que me ama. Y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él" pero Judas, no el Iscariote, le dice: "Señor: ¿por qué te vas a manifestar a nosotros y no al mundo?" entonces Jesús le respondió: *"El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. Jn 14, 21-23

Jesús les hace ver el deseo de Dios de habitar en cada uno de ellos y nosotros hoy para que todos sin excepción participemos en su misma vida, en su presencia e intimidad. 

¿A que gracia más grande que está podremos aspirar? Cuando tenemos a Jesús como el centro de nuestras vidas, se vive una experiencia única. Si, una experiencia que no nos podemos perder. 

Dios nos está adelantando la vida que podríamos alcanzar en el cielo es decir, en la eternidad.

Hermanos: En la vida hay tantas cosas que consideramos importantes y  esenciales, pero, hoy Jesús nos ha mostrado que de entre todas ellas debe prevalecer el amor. 

Dios el día del juicio nos pedirá cuenta de todo lo que hayamos hecho por nuestros hermanos, por lo tanto, el termómetro que determinará la calidad de nuestra pertenencia y fidelidad a su seguimiento es el Testimonio que hemos vivido de Cristo Resucitado: Su Palabra y su Vida con entrega incondicional a todos. 

Señor Jesús, cambia nuestro corazón para que la savia de tu amor alimente nuestras vidas y guarde tus palabra en todo los momentos.