domingo, mayo 08, 2022

"Nosotros somos su pueblo  y ovejas de su rebaño"...Salmo 100.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo8 de Mayo del 2022

El Evangelio de hoy es uno de esos pasajes ante los que es mejor callar, dejarlo que se nos meta y nos cale en nuestros corazones; es mejor contemplarlo y disfrutarlo, sin que se nos metan por medio otras ideas. Es un Evangelio sobre todo para sentir el cariño de Dios, lo que él hace por nosotros, lo que él es, cómo le gusta comportarse con nosotros. 

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 10, 27-30, Jesús les dice a los Judíos: "Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen; yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrancará de mi mano. Mi Padre que me las ha dado es más que todos y nadie puede arrancar nada de las manos de mi Padre. "El Padre y yo somos uno" Jn 10, 27-30.

Jesús se declara ante los Judíos como La puerta de las ovejas ; y ello sucede, cuando era acosado con aire amenazante por ellos  dentro del templo el día que se celebraba la fiesta de la Dedicación, por eso una vez más quiere que ellos comprendan cual es su misión y entiendan que el está con los brazos abiertos esperando que todos entremos a su redil.

Hoy hermanos este Evangelio nos ayuda a que despertemos nuestra capacidad de estar a la escucha de Jesús y ayudar a quienes están cerca de nosotros a captar de sus Palabras la Buena Noticia que nos desea transmitir. 

Mis hermanos, esta es la verdadera forma de acrecentar nuestra Fe, a fin de que no se diluya ante la religiosidad superficial que nos transmiten con mensajes, imágenes y consignas de todo género que invaden nuestra conciencia. 

Pero, no basta con escuchar el mensaje, pues lo más importante es Seguir sus pasos como nuestro Buen Pastor.

Hay una frase muy diciente de nuestro Papa Francisco que nos dice: "Sean ovejas con olor a Buen Pastor que sepan distinguir su voz y sus huellas".

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude en el seguimiento del Buen Pastor para así, alcanzar la verdadera libertad. 

SEÑOR, TÚ ERES EL BUEN PASTOR. Nos llamas por nuestro nombre y nos reconoces por mil gestos y detalles que llevas grabados en tus pupilas. Dispuesto a dar la cara y la vida por nosotros, a pesar de nuestras tonterías, tus palabras son nuestra seguridad.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:28 a.m. | Permalink |


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