"Aclama al Señor, tierra entera "...Salmo 66.

Jueves 5 de Mayo del 2022

La fe en Jesús es como condición para la vida: “os lo aseguro, el que cree tiene vida eterna” Pero hoy se le añade un nuevo elemento que tiene una importancia singular: “nadie puede venir a mí si el Padre que me ha enviado no le atrae”. Por lo tanto, el amor de Dios como don en favor de la humanidad está presente: una vez más se pone de manifiesto cuál es el proyecto de Dios; no entenderlo, es no aceptar la “clave de entrada” al misterio de la salvación. 

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 6, 44-51, Jesús declara ante los judíos que es el "Pan de vida bajado del cielo" y con ello les quiere decir que quien se acerca a Él descubre un fuente de vida nueva y llena de esperanza. 

Él les dice: "Nadie puede venir a mi sino lo trae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré el último día." Jn 6, 44-50.

Jesús nos muestra la necesidad de abrirnos a Dios y escuchar lo que Él dice; solo así el hombre podrá sentir la verdadera atracción  por Jesús. 

Hermanos, siempre estamos en el camino de la búsqueda y tenemos hambre de Dios. Necesitamos de ese Pan que da vida perdurable y eterna. Hoy el Evangelio nos ofrece una invitación para que asistamos al gran banquete que nos ofrece Jesús, quien está dispuesto a atendernos y a brindarnos el alimento que necesitamos para colmar nuestras necesidades y llenarnos de su fuerza para seguir avanzando por el camino. 

Jesús tú nos ofreces en el Pan de la Eucaristía el alimento fundamental para nuestra vida espiritual. Gracias por este don inmerecido. Queremos madurar en la fe, crecer en mi esperanza y amor. Sé que esto lo puedo lograr fortaleciendo nuestra amistad contigo en este sacramento. Te queremos recibir con un amor sincero.