domingo, mayo 15, 2022

"Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi Rey"...Salmo 145.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 15 de Mayo del 2022

Jesús llamó "su mandamiento nuevo", la plenitud de la Ley, el primero y el más grande de todos los mandamientos, hasta el punto de compararlo igual con el amor a Dios, ya que, como nos recuerda san Juan: "Si uno dice amar a Dios, pero aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ve, no es posible que ame a Dios, a quien no ve". Y Jesús nos dijo que lo que hiciéramos a uno de éstos, sus humildes hermanos, lo habríamos hecho a Él en persona. La caridad es perdón, es comprensión, es bondad de corazón; es incapaz de negar nada y está siempre atenta para prestar un servicio a los demás. La caridad no piensa mal, no habla mal, no quiere mal a nadie, ni siquiera a nuestros enemigos o a los que nos ofenden y maltratan.

Con el Evangelio de hoy tomado de Jn 13, 31-33a. 34-35, se da el inicio a la despedida de Jesús. Las Palabras que nos muestra este Evangelio quiere dejarnos grabado en nuestros corazones la trascendencia del Amor, puesto que en ello, está fundamentada su Identidad.

Dice el texto, que Jesús y sus discípulos estaban en los momentos previos a su pasión y muerte. Se encontraban celebrando la última cena, pues era el día anterior a la fiesta  de la Pascua Judía. 

Sabiendo Jesús que había llegado la hora, al salir Judas del cenáculo, dijo a sus discípulos: "Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará" Jn 13, 31- 32.

Jesús comprende en ellos su tristeza y desconcierto, pero era necesario expresarles algo que le urgía darles: Su mandamiento nuevo y les dice: "Ámense los unos a los otros como Yo os he amado" Jn 13, 34

Para ellos era una novedad, pues el amor que Jesús les proponía consistía en dar la vida si es posible por los demás, dejando a un lado el individualismo y la ley del egoísmo. 

Hermanos, el amor que nos ha propuesto Jesús ha de ser recíproco pues éste es el medio más eficaz para quien lo vive, ya que posee una fuerza irresistible que conduce a vivir la conversión. Y eso es el testimonio. 

En una homilía SS. Pablo VI haciendo referencia al amor, dijo: "Nunca cambia más el mundo que cuando cambio yo mismo" Por ello, no podemos olvidar que somos hombres nuevos renovados por el amor de Jesús Resucitado. 

Pidamos al Señor la gracia de asemejarnos cada día más a Él, amando a los demás como Él nos amó a nosotros hasta el punto de entregar su vida y derramar toda su sangre por nosotros.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:45 a.m. | Permalink |


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