viernes, mayo 20, 2022

"Te daré gracias ante los pueblos, Señor "...Salmo 57

Jesús nos ha elegido para ser sus amigos y no sus siervos. Doy inicio a la reflexión al Evangelio de hoy con este preámbulo que nos guiará, para con ella, poder conocer y adentrar en  la esencia del amor que nos brinda Dios.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 20 de Mayo del 2022

Del Evangelio de hoy podemos sacar muchas enseñanzas. Una es el verdadero amor. Otra, lo que es el verdadero amigo. Pero nos centraremos en lo que es la tarjeta de presentación de todo seguidor de Jesucristo, que somos todos los que creemos en él, y es el mandamiento de Jesús de amarnos los unos a los otros.
Y esto implica salir con olor a oveja de nuestro pequeño mundo, llámese trabajo, estudios, cosas personales, placeres, gustos, para fijarnos en las necesidades de nuestro prójimo y allí, entre ellos, brindar el amor que nos ha regalado nuestro Padre Celestial

El Evangelio de hoy está tomado de Jn 15,12-17, en el leemos que Jesús le dice a sus discípulos: "Este es mi mandamiento: Que se amen unos a otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya nos lo llamó servidores, porque el servidor no sabe lo que hace su señor. A ustedes los he llamado amigos porque les he dado a conocer todo lo que escuché a mi Padre. ".Jn 15,12-15.

La amistad que nos ofrece Jesús es un pacto para con todos los hombres que con firmeza han renovado sus vidas y se sienten libres. Que han dejado atrás sus  debilidades y se han dejado seducir por Jesús. 

Esa alianza la confirma Él cuando dice: "Ustedes no me eligieron a mi; yo los elegí a ustedes y los destine para que vayan y den fruto, un fruto que permanezca" Jn 15, 16.

Jesús Resucitado le dio la fuerza de su Espíritu Santo a los discípulos y los envió a seguir su obra por todos los lugares del mundo. Los exhortó a salir, a marchar. A estar inquietos por dar a conocer en todo tiempo y lugar al Único y Verdadero Dios. 

Si,  Él nos confió la voluntad de su Padre y nos brindó con cariño y profundo amor la oportunidad de unirnos a su amor ofreciendo nuestras vidas, nuestros trabajos, nuestras alegrías y tristezas.

Jesús nos pide hoy  hermanos, ser testigos creíbles de la Resurrección llevando sobre nuestros hombros la compasión, el perdón y la misericordia.

Que seamos discípulos en permanente salida con olor a ovejas como lo manifiesta nuestro Santo Padre Francisco. 

Gracias, Jesús, por darnos tu amor y amistad. Nos ponemos hoy ante tu presencia suplicándote humildemente que abras nuestras mentes,  voluntad y corazón, para dejarnos guiar por la luz de tu Espíritu Santo para que El sea quien ilumine nuestras vidas.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:22 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>