miércoles, abril 20, 2022

"Que se alegren los que buscan al Señor"...Salmo 104.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 20 de Abril del 2022

¡Enorme catequesis la que nos ofrece Lucas como testimonio de su fe y el de la comunidad en la que participa! Todos los detalles están recogidos con exquisita sensibilidad y psicología. Los discípulos, desanimados y desmoronados en su fe mal fundamentada, emprenden el viaje de ida, vuelven a su viejo mundo; ahora están tristes y derrotados; y, además, sus ojos están embotados y no le reconocen. Al contrario, el viaje de vuelta es completamente diferente: llenos de alegría, los ojos abiertos ahora a la inteligencia de las Escrituras, comentando entre ellos la experiencia vivida, impacientes por anunciarla a la comunidad, y el encuentro con los hermanos. Todo un camino recorrido. 

El Evangelio de hoy tomado de Lc 24, 13-35, nos relata el  pasaje del encuentro de Jesús Resucitado con dos discípulos en el camino hacia Emaús. Estos, volvían a su casa y actividades de rutina después que vieron que las esperanzas que habían puesto en Jesús, se habían derrumbado una vez Él  fue crucificado. 

Dice el texto del Evangelio, que: Emaús distaba de Jerusalén unos diez kilómetros. Ellos de camino conversaban sobre lo que había sucedido. Jesús en persona los alcanzó y se puso a caminar con ellos. Pero ellos tenían los ojos incapacitados para reconocerle...…..

Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: "Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado" Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado.

Se dijeron uno a otro: "¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?" Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: "¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!" Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan. Lc 24, 13-35.

Hermanos, hoy tenemos una gran oportunidad para reflexionar a cerca de nuestra Fe. Preguntémonos: ¿Qué sentimientos albergo en mi corazón para reconocer a Jesús como el Resucitado? ¿Quién es Él para mí? ¿He sentido alguna vez a Jesús caminando conmigo en medio de los problemas? ¿Cómo me doy cuenta de que está ahí, conmigo?. Muchas otras preguntas podremos realizar con una profunda devoción y de ellas concluir nuestro nuevo plan de vida para con Dios. 

Recordemos que Jesús no quiere limitar nuestra libertad y por tanto, sintámonos libres para aceptar que nos tome de la mano. Él está siempre dispuesto a ayudarnos y apoyar nuestros proyectos de vida. 

Señor, seguir contemplando al resucitado es tener el privilegio de saber que siempre estás a favor de la vida, que estás a favor del hombre, a favor de la humanidad.
En tu nombre, hoy entras a nuestras vidas y haces nuevas todas las cosas; hoy te quedas con el enfermo y le das la salud, con el triste y le das alegría, con el desconsolado y le regalas el pan de tu Palabra, que lo alienta y le de nuevas fuerzas para avanzar de tu mano. También, te quedas en el corazón de nuestra familias, descendencia y todo el que se une a esta oración, tienen un encuentro personal contigo y pasan de la tiniebla a la luz, porque se les abren sus ojos interiores, para verte, reconocerte y tomarse de tu mano en el camino de la vida.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:07 a.m. | Permalink |


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