"El cáliz de la bendición es comunión de la sangre de Cristo"...Salmo 116.

Jueves 14 de Abril del 2022

Jesús nos pide hoy ser humildes. Si estamos conectados en este espíritu podremos prestar un servicio recíproco a los demás,  inspirado en el amor . Acoger el escándalo de la humillación del Hijo de Dios y dejarnos purificar por su caridad nos implica entrar en el dinamismo de la oblación divina que nos lleva a seguir el ejemplo de Cristo; y ésta, es la condición indispensable para participar en su memorial, para celebrar la pascua hoy con Él.

 Hoy la comunidad Cristiana en el mundo celebra la última cena de Jesús con sus discípulos, el lavatorio de pies, la institución de la Eucaristía y el orden sacerdotal. 

Con este día se da por terminada la Cuaresma y se da inicio al Triduo Pascual donde se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

El Evangelio de hoy tomado de Jn 13, 1-15, nos relata como fue el acto del lavado de pies, donde Jesús pone de manifiesto el modelo de discípulo que espera. 

Nos dice el Evangelio, que: Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en un recipiente y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido...Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: "¿Comprenden lo que acabo de hacer? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien. Pero si yo, que soy Maestro y Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado ejemplo para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes" Jn 13, 1-15.

Él con su ejemplo de humildad, da a entender que quienes le siguen siempre deben  estar dispuestos a servir.

Además, en este podemos apreciar que comparte la mesa con sus discípulos donde se da como Alimento  de Vida y como Víctima por nuestros pecados así sea necesario, entregando la propia vida y hasta sufriendo el desprecio. 

Es hora de cambiar renovando nuestro compromiso de servicio y ponernos en los hombros la toalla para lavar, secar y hasta perfumar los pies heridos de muchos de nuestros hermanos que lo necesitan todo. 

Que este lavatorio de pies hoy, sea un signo de pertenencia a la Misión que el mismo Jesús nos encargó.