lunes, abril 04, 2022

"Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tu vas conmigo"...Salmo 23.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 4 de Abril del 2022

¡Cuántas veces “la luz” pierde vigor en nuestra vida! Pero sigue siendo tan necesaria como vital. Él, Jesús, nos propone hoy acudir a su lado para saber por dónde seguir caminando con garantía. Pero, además, esa invitación reiterativa por parte de este nuestro “Hermano mayor” es a vivir en comunión profunda con el Padre, como la mejor garantía para nuestra peregrinación por la vida. 

Hoy el Evangelio de Jn 8, 12-20 nos presenta una nueva discusión entre Jesús  y los Fariseos donde estos últimos le objetan la veracidad de sus Palabras,  su origen e intimidad con Dios. Este diálogo se origina  en el atrio del templo de Jerusalén.

Jesús se inspira y le dice a sus discípulos: "Yo soy la luz del mundo, quien me siga no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" entonces los Fariseos que le escuchaban, les dijeron: " Tu das testimonio a tu favor: tu testimonio no es válido" Jesús les respondió: "Aunque doy testimonio a mi favor, mi testimonio es válido, porque se de donde vengo y adónde voy; en cambio ustedes no saben de donde vengo ni a donde voy. Ustedes juzgan según criterios humanos, yo no juzgo a nadie. Y si juzgase, mi juicio sería válido, porque   no juzgo yo solo, sino con el Padre que me envió" Jn 8, 12-16.

Hay algo muy importante en estas Palabras de Jesús: Él  les dice Que era la Luz a la que debían apegarse para tener vida abundante. Y se compara con esas enormes velas que estaban en atrio del templo donde Él como el Enviado de Dios, estaba dispuesto a marchar delante de todos ellos para conducirlos al Reino.

Y les decía: "Ustedes no me conocen a mí ni al Padre. Si me conocieran a mi, conocerían a mi Padre" Jn 8, 19. 

Con esa respuestas concretas les reafirma su identidad, pero no lo aceptaban; entonces querían prenderle pero nadie puso las manos en Él porque aún no había llegado la hora.

Hermanos a la Luz del Evangelio de hoy preguntarnos: ¿Jesús es la luz para el mundo. Él será la luz de mi vida? o prefiero que otras luces del mundo encandilen mi vida?. 

Tengamos muy presente: La coherencia nos aleja de la espiritualidad mundana y de la cultura efímera.

Percibe con una mirada contemplativa signos de evangelio en los acontecimientos más simples. Descubre el misterio de la presencia de Jesús en tu vida. Donde Jesús está, rebrota la vida,  aunque ésta estuviera a punto de perderse. 

 
posted by Laureano García Muentes at 5:07 a.m. | Permalink |


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