jueves, marzo 31, 2022

"Acuérdate de mi, Señor, por amor a tu pueblo "...Salmo 106.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 31 de Marzo del 2022

Continúa el discurso de Jesús como réplica a las acusaciones de los judíos. A medida que avanza estos discursos, se va enconando más y más la envidia y el odio hacia El. Cada vez aparece más clara la distinción entre el “yo” de Jesús y el “vosotros” de los oyentes hostiles. Hoy veremos Cuatro testimonios aducidos por Jesús que deberían llevar a los oyentes a reconocerlo como Mesías, el enviado del Padre, el Hijo de Dios: 1. las palabras de Juan Bautista, hombre enviado por Dios; 2.  las obras de vida que él mismo ha realizado por mandato de Dios; 3.  la voz del Padre; y, finalmente, 4. las Escrituras. 

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 5, 31- 47, Jesús muestra hasta que extremo Él nos ama. Él quiere dejar claro cual es el verdadero camino para que, quienes le siguen, seamos verdaderos testigo de su misericordia; y nos dice: "Les aseguro que quien oye mi Palabra y cree en aquel que me ha enviado tiene vida eterna y no es sometido a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida." Jn 5, 24. Y para confirmarnos la grandeza de su amor pone a testigos que afirman con veracidad lo que sus ojos vieron, lo que sus manos tocaron, lo que su razón captó y lo que su corazón creyó. 

Si, Él reconoce que algunos andan en la búsqueda de saciar sus vanidades, sin mirar siquiera lo que es fundamental: Ese compartir que Él enseña y que nos brinda con hechos y acciones: Su Amor por igual para todos.

Hermanos: Para ser testigos del amor de Dios, es necesario ser coherentes y para ello se requiere esfuerzo y decisión para hablar con la verdad lo que se lee con Fe y se cree de todos los acontecimientos que son parte de la historia de la vida de Jesús. 

Y...Miren: Jesús es paciente y nos espera. Si hoy nos reprocha es porque nos ama y nos quiere muy cerca de Él. 

Tomemos pues, la decisión firme de corresponderle, viviendo y compartiendo nuestra Fe y regalemos a quienes están cerca a nosotros la apertura de nuestro corazón. 

Señor, que nuestro corazón busque tu presencia, que cada día estemos más cerca de Tí y lejos de todo ídolo, de todo aquello que pretende reemplazarte y confundirnos; que nuestras acciones te glorifiquen siempre.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:10 a.m. | Permalink |


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