martes, marzo 29, 2022

"El Señor de los ejércitos está con nosotros "...Salmo 46.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 29 de Marzo del 2022

Jesús en el Evangelio de hoy es quien toma la iniciativa de curar al enfermo, de darle la vida, a la que es llamado. 

Hermosa la propuesta que se me sigue haciendo: poderme encontrar con aquel que puede liberarme desde la raíz, desde lo más profundo, que no sólo cura mis males externos, sino del mismo pecado, raíz de todos los males. 

El Evangelio de hoy tomado de Jn 5, 1-3. 5-16 nos relata la curación de un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo con una parálisis, que tiene un encuentro de vida con Jesús, en uno de los pórticos de piscina de Betesda, donde una multitud de enfermos esperaban la agitación del agua para su curación. 

Jesús, lo vio acostado y sabiendo que llevaba así mucho tiempo le pregunta: "¿Quieres sanarte?" El enfermo le contestó: "Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado". Jesús le dice: "Levántate, toma tu camilla y echa a andar" Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y empezó a caminar. Pero aquel día era sábado. Jn 5, 6-9.

El paralitico de esta parábola llevaba treinta y ocho años en una ausencia total de solidaridad y Jesús, sin importarle el día que era,  lo sana y le pide levantarse, tomar su camilla donde había esclavizado su vida y le libera para que recobre su dignidad, su libertad y su esperanza. 

Cuantos hombres y mujeres nos hemos sentido enfermos del alma y tristes por haber cometido un sinnúmero de errores; y con sus puertas cerradas, sienten en el momento menos pensado el fuego del Espíritu Santo que les quema y les impulsa el deseo  de vivir un encuentro cercano con Jesús.

Él se acerca y pregunta: "¿Quieres sanar tu enfermedad?".

Ello, hermanos, se llama Misericordia. 

Si tomamos la decisión firme y certera con Fe de encontrar la vida, Jesús nos sana y nos libera para brindarnos la esperanza de una vida nueva. 

Estamos pues invitados a colocar en las manos de Dios todos nuestros problemas con toda confianza y así, veremos como Él obra maravillas en nosotros. 

¡Qué alegría de sentirnos amados por Dios!. Para Él, todos somos importantes. 

Jesús, hazte presente en nuestro camino y haz que comprendamos lo que puedes y me quieres ofrecer.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:11 a.m. | Permalink |


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