lunes, marzo 21, 2022

"Mi alma tiene sed del Dios  vivo: ¿Cuándo veré el rostro de Dios?"...Salmo 42

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 21 de Marzo del 2022

Hoy nos ofrece el Evangelio el drama vivido por personas cercanas al mismo Jesús de Nazaret: le conocían “de siempre” y conocían su familia; era todo “tan normal”. Pero, además, estaban sus ideas religiosas y políticas en torno al Mesías que esperaban. Todo esto mezclado hace imposible reconocerle como “el Esperado” por tanto tiempo. E, incluso, les lleva a rechazarlo de plano, creando un conflicto serio con Jesús, hasta el punto de “le echaron fuera de la ciudad... con ánimo de matarlo”

El Evangelio de hoy tomado de Lc 4, 24-30, nos muestra a un Jesús lleno de valentía que les muestra a la clase dirigente de Nazaret la necesidad que todos los hombres se sintieran capaces de escuchar de Él, cual era la voluntad del Padre y les dice: "Les aseguro que ningún profeta es bien acogido en su tierra ".Lc 4, 24. 

Jesús para que pudiesen entender con toda claridad les presenta la imagen de la viuda de Sarepta en tiempos de Elías, cuando el cielo retuvo la lluvia durante tres años y medio y un gran hambre asoló a todo el país; Sin embargo Elías no fue enviado a ninguna de las viudas de Israel, sino a una mujer de Sarepta, en tierras de Sidón; quien invitó a Elías para que reconocieran que era necesario poner presente lo que dice y pide la Palabra de Dios. 

A Jesús le pasó algo igual y hasta quisieron acribillarlo; pero, como lo dice el texto del Evangelio, Él con toda seguridad y decisión pasó en medio de ellos y se alejó.

Es clara la resistencia incansable que la clase dirigente de Nazaret le hacía a Jesús, frente a las novedades de vida que ofrecía a las gentes, pero ellos no estaban dispuestos a aceptar esa nueva imagen  que les comunicaba. 

Hay algo muy importante que debemos tener muy presente: Estar siempre dispuestos al diálogo y a no querer imponer las cosas, ideas  y las opiniones. 

Hermanos, en este tiempo de gracia que nos ofrece la Iglesia pidámosle al Espíritu Santo que nos impulse a ser partícipes activos del amor hacia todos los hombres y de manera especial a los excluidos de la sociedad para ayudarles a romper las cadenas que les esclavizan y así, sean capaces de tomar el camino correcto que ofrece Jesús. 

Señor Jesús, necesitamos aceptarte en nuestras vidas, sin los condicionamientos que suponen nuestras ideas sobre Ti, de nuestras creencias de siempre. Concédenos abrirnos cada día a tu NOVEDAD y así vivir en plenitud el encuentro contigo.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:13 a.m. | Permalink |


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