miércoles, marzo 16, 2022

"Sálvame, Señor, por tu misericordia"...Salmo 31

REFLEXION AL EVNGELIO DE HOY

Miércoles 16 de Marzo del 2022

Jesús les explica a los discipulos el sentido de su misión y del seguimiento: ha venido a “beber la copa”, término que en el lenguaje profético indica el castigo divino reservado a los pecadores. Quien desee los puestos más importantes en el Reino debe, con él, estar dispuesto a expiar el pecado del mundo. Éste es el único “privilegio” que él puede conceder. No le incumbe establecer quién debe sentarse a su derecha o a su izquierda. 

El Evangelio de hoy tomado de Mt 20, 17-28, nos describe el momento en que Jesús anuncia por tercera vez su pasión, muerte y resurrección a sus discípulos.

Dice el texto que Él llamó aparte a los doce y les dijo: "Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará" Mt 20, 17-19

Los discípulos no comprendían lo que Jesús les anunciaba, a pesar de haber vivido la experiencia de la transfiguración donde el Padre Dios les reveló su grandeza. 

Pero Jesús quería que ellos entendieran que ese sería su fin: Padecer y morir por los hombres para salvarlos de la muerte del pecado y volverlos a Dios.

Mis queridos amigos,  con esos mismos deseos ambicioncitas con que pensaban los discípulos, la madre de los hijos de Zebedeo se le acercó y se arrodilló a sus pies para pedirle le concediera los primeros puestos de honor en su Reino a sus dos hijos Santiago y Juan; y Jesús le respondió: "¿Podrán ellos "beber el cáliz que yo he de beber?" y ellos le respondieron: "¡Podemos!" y Jesús les respondió: "Mi cáliz lo beberán, pero sentarse a mi derecha e izquierda no me toca a mi concederlo; esos lugares son para quienes se los ha destinado mi Padre " Mt 20, 20-23.

Jesús nos brinda hoy una gran lección: La Humildad. Muchos somos los que siempre creemos ser los mejores y que por esa razón,  debemos ser premiados y ocupar los puestos de privilegio en una comunidad y no pensamos que con esas actitudes estamos relegando a los demás. Y nos dice: "Quien entre ustedes quiera llegar a ser grande que se haga servidor de los demás " Mt 20, 26.

Jesús, permite que esta meditación nos lleve a crecer en el amor, especialmente en este tiempo en que la Iglesia nos invita a contemplar el gran sacrificio que implicó nuestra redención. Guía nuestra oración, ilumínanos para que no sólo comprendamos, sino que vivamos, en todo y con todos, la caridad.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:11 a.m. | Permalink |


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