viernes, abril 15, 2022

"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu"...Salmo 31.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 15 de Abril del 2022

    La lectura de la pasión de Jesús nos enseña a ser profundamente humanos; que no podamos soportar ver desde el desinterés y la indiferencia, el sufrimiento de muchas víctimas en este mundo. Entonces, y sólo entonces, estaremos en el camino que nos lleva derechamente a vivir y morir como vivió y murió Jesús. Así, y sólo así, tendrá fundamento nuestra esperanza en la resurrección. 

Hoy conmemoramos La Pasión y Muerte de Jesús después de ser juzgado y condenado por Poncio Pilato. (Evangelio según San Juan 18, 1 - 19, 42)

Era la tarde del viernes y las autoridades religiosas judías habían cumplido con su cometido: Deshacerse de quien se decía llamar el Mesías e Hijo de Dios.

Ellos temían que este profanador de las leyes se fuera apoderar del poder y por eso, conspiraron contra Él.

Judas Iscariote, uno de los que le seguía, negoció su entrega por treinta monedas de plata.

Pilato no percibe en Él ninguna amenaza, más sin embargo, ante la presión de la multitud, le exigieron su crucifixión. 

Jesús fue despojado de sus prendas de vestir, golpeando, agredido con latigazos y hasta le colocaron una corona de espinas en su cabeza para burlarse de Él y así, proclamarlo Rey de los Judíos. 

Le hicieron cargar una cruz hasta el Gólgota, un monte fuera de Jerusalén y allí, fue crucificado entre dos ladrones. 

 Los soldados tomaron su ropa y la repartieron entre ellos y la túnica la echaron a la suerte.  

Junto a la cruz estaban su madre, María de Cleofás, María Magdalena y el discípulo Juan.

Hermanos: En unos momentos de silencio y meditación ante el dolor de la muerte, pidámosle a Jesús Crucificado que transforme nuestras vidas y nos comprometamos en mantener en nuestros corazones el vivo recuerdo de su rostro transfigurado para así, no olvidar nunca el alto precio que ha pagado para liberar con su sacrificio a la humanidad del pecado.

Digámosle: Jesús, refuerza en nosotros la Fe y que ella sea nuestra fuerza para nunca desvanecer ante las tentaciones que ofrece el mundo: Repitamos tres veces: ¡Pasión de Cristo, confórtanos!

“Nuestra vida refleja el amor perfecto, cuando la ofrecemos por los demás, como Jesús nos enseñó, así, lo hacemos presente en medio de su pueblo” (Papa Francisco).  

 
posted by Laureano García Muentes at 5:20 a.m. | Permalink |


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