viernes, noviembre 19, 2021

"Alabamos, Señor, tu nombre glorioso "...Salmo 1Cro 29.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 19 de Noviembre del 2021

Jesús se muestra con una gran libertad y con este signo de purificación enseñaba a todos. Al contrario, los jefes de los sacerdotes, los maestros de la Ley y los principales del pueblo intentan acabar con él: es el contraste entre el pueblo que le acoge con gusto y los que “sabían” mucho, que le rechazan y terminarán llevándole hasta la muerte.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 19, 45-48, nos muestra una actitud fuerte y sorprendente de Jesús: Al entrar al templo de Jerusalén; lo reclama como el lugar sagrado y de oración, pues este, estaba siendo utilizado como un sitio de negocios lucrativos y para esconder instintos bajos y ambiciones.

Como lo veíamos en el Evangelio de ayer, Jesús al ver a distancia a la ciudad de Jerusalén llora y siente nostalgia por esa ciudad por haber estado ciega y sorda en el conocer y entender su mensaje. Pues, hoy, parece contradecir esos momentos de ternura con el de su dureza: Se enfada con los mercaderes y vendedores que estaban dentro del templo, diciéndoles: "¡Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos!” Lc 19, 46-47.

Y es que los templos, son lugares sagrados donde habita la presencia de Dios, además, es un lugar para vivir el encuentro con la comunidad, un lugar de silencio, de oración, de remanso interior.

También, no podemos olvidarnos que cada uno de nosotros, por la acción del Espíritu Santo, somos templos vivos de Dios y por tanto, hemos de procurar conservarlo siempre y aseado de todos los males  y pecados, para brindarle a Dios la acogida y que habite siempre en nosotros. 

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a revisar nuestras vidas y si es necesaria una nueva limpieza interior, pidámosle a Dios perdón y nos reconciliemos con Él, para que nuestras vidas sean sinceras y sencillas.

Que tu Reino, Señor se haga presente en nuestras vidas de cada día.  Purifica nuestro corazón,  y haz de nuestra vida un lugar  donde el hermano se encuentre contigo.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:00 a.m. | Permalink |


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