miércoles, noviembre 17, 2021

"Al despertar, Señor, me saciaré de tu semblante "...Salmo 16.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 17 Noviembre del 2021

La lección de la parábola de hoy sirve para todos los tiempos, aunque los contemporáneos de Jesús estuvieran persuadidos de que el fin llegaría enseguida. Se trata de emplear inteligentemente y sin demora los bienes que se poseen, que son un don de Dios, y de hacerlos fructificar. El que así obra es digno de elogio y el Señor se mostrará generoso con él; mientras que al negligente se le retirará en lo sucesivo la confianza que se había depositado en él.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 19, 11-28, Jesús le expresa a la gente que le sigue una parábola en la que recomienda continuar trabajando en sus propósitos poniendo en práctica los talentos que Dios nos ha dado, para hacerlos fructificar.

El texto del Evangelio de hoy dice que Jesús estaba cerca a Jerusalén y la gente que le seguía, creían que el Reino de Dios que Él proclamaba, se les iba a revelar de un momento a otro, pero Jesús para darles a entender cómo es ese Reino, les expone una parábola en la que hay dos empleados que negocian bien con el dinero que el amo les confía antes de ausentarse, y este, al regresar, los elogia y le encomienda otras responsabilidades. Pero, había entre ellos un tercero, al que se le había confiado una porción de dinero y no le importó administrar, ni negociar; y este, fue censurado por el amo quien prescindió de él y le quita el dinero para dárselo al primero de ellos. Lc 19, 11-28.

En esta parábola, el hombre noble representa a Jesús y los siervos somos nosotros. Los talentos, son esos dones que Dios nos a confiado a cada uno y que hemos de multiplicar en el mundo (La Palabra de Dios, la Fe, el perdón, la Reconciliación, el  Amor,  la Justicia).

Esta parábola se constituye en un llamado a la responsabilidad que tenemos los que seguimos  a Jesús; y esta responsabilidad está sustentada en la decisión  que hemos de tomar en continuar en el servicio de trabajar por la constitución del Reino de Dios en todos los lugares del mundo a pesar de todas las dificultades que se nos presenten.

Y miren, hoy Jesús nos está  recordando que Él confía en cada uno de nosotros, por tanto, preguntémonos: ¿Cómo me veo hoy frente a esta responsabilidad?, ¿Me veo representado en esta parábola?

Todos los que hemos decidido seguir a Jesús, tenemos que arriesgarnos en poner a producir las semillas que nos han sido confiadas, actuando decididamente y mostrando en cualquier  lugar lo que somos y tenemos, sin miedo o temor, porque Él, a través del Espíritu Santo nos acompaña y nos muestra los caminos para hacerlos fructificar.

Señor, condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino de la verdad y la justicia, sino para que en nuestro peregrinaje terrenal nos esforcemos por alcanzar la vida eterna.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:25 a.m. | Permalink |


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