"Levántate, oh Dios, y juzga la tierra "...Salmo 81.

En el Evangelio de hoy, la figura de la gratitud se nos presenta a la luz de la curación de diez leprosos que tienen un encuentro con  Jesús; ellos, parándose a cierta distancia de Él, alzando la voz, le dijeron: "¡Maestro, ten piedad de nosotros!" Al verlos, les dijo: "Vayan a presentarse a los sacerdotes". Y mientras iban, quedaron sanados.

Aquí, se destaca la actitud que toma uno de ellos, quien era Samaritano; al verse curado, fue capaz de regresar donde estaba Jesús y glorificando a Dios en voz alta, cayó a los pies de Él y rostro en tierra, le daba gracias. Lc.17, 11-16.

Jesús envía a los diez hombres sanados a donde los sacerdotes para que les diera constancia de la sanación y pudieran así volver a su vida normal en comunidad. Pero, vemos también que los otros nueve desaparecen y no se sabe más de ellos. Fueron desagradecidos a la luz de nuestro parecer; en cambio, Jesús valora esa cualidad corresponsable de ese hombre perteneciente a otra región, que se pone de ejemplo para dar gloria a Dios por su sanación.

La sanación se puede considerar como una victoria frente al mal o el triunfo de la vida sobre la muerte, así nos lo demuestra Jesús hoy. 

Su Resurrección vence la indiferencia a la fe y las dudas a la confianza a Dios. 

Les invito a que oremos y le reconozcamos a Dios por los dones que nos ha dado y reconozcamos que con su gracia todo lo podemos hacer posible.

 “Hoy levantamos los ojos y te vemos, Señor Jesús. Descubrimos que estás a nuestro lado cuando, día a día, vamos haciendo camino en la vida. ¡GRACIAS por tanta gratuidad!”.