"Dichosos los que temen al Señor"...Salmo 111.

Miércoles 3 de Noviembre del 2021

La decisión de seguir a Jesús debe ser meditada de manera adecuada: del mismo modo que es necesario valorar los recursos disponibles para construir una torre y la oportunidad de hacer frente a un enemigo declarándole la guerra o preparando la paz. Es preciso calcular nuestra propia fuerza-capacidad, pero sabiendo -a ejemplo del Maestro, que «lo que es imposible para los hombres es posible para Dios» 

Hoy vemos en el Evangelio de Lc 14, 25-33, que Jesús utiliza una figura literaria para llamar la atención a la multitud que le seguía y hacerles entender el compromiso serio a quienes decidan ser unos verdaderos discípulos suyos.

Él va camino a Jerusalén donde será sacrificado en una cruz, y al volverse hacia ellos, les dice: "El que quiera seguirme, que se niegue a si mismo, cargue con su cruz cada día y venga conmigo" Lc 14, 27.

Pareciera que Jesús invita a ir tras Él de manera prudente y con precaución; y eso puede ser cierto; pero lo que hoy desea transmitirnos es que nadie se puede comprometer a ir junto a Él de manera temeraria, presumida e inconsciente; es decir, como una veleta inconstante que cambia fácilmente de opinión. Él desea que crezcamos y seamos maduros en la Fe.

Y miren, Jesús busca seguidores íntegros, libres de toda atadura y que estén dispuestos a dejar a un lado sus ambiciones y vanidades.

Animémonos a asumir nuestras cruces y permitámosle a Jesús que nos llene de su fuerza para cargarlas. 

Preguntémonos: ¿Estamos siguiendo a Jesús libremente o me dejo influenciar por las costumbres familiares o sociales temiendo al que dirán?

“Danos tu gracia, Señor Jesús, para que tu Evangelio ilumine nuestras vidas hasta el fondo, para que no quede en ella ninguna zona de oscuridad, de manera que podamos seguirte como tú esperas que lo haga”.