miércoles, octubre 27, 2021

"Yo confío, Señor, en tu misericordia"...Salmo 12.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 27 de Octubre del 2021

La salvación consiste en vivir como hijos de Dios, hermanos de todos los hombres y señores de las cosas. Es la felicidad completa. Comenzamos a disfrutar de la salvación en esta tierra y la podremos gozar en plenitud cuando Dios termine nuestro peregrinar y lleguemos a nuestra verdadera patria. Es este, un don de Dios que ofrece para todos. 

Hoy el Evangelio tomado de Lc 13, 22-30, nos muestra a Jesús que va camino a Jerusalén y en ese recorrido  entre ciudades y aldeas enseña a las gentes la grandeza de Dios como un Padre Bueno y Misericordioso, que acoge y perdona.

Hoy como lo leemos en el texto del Evangelio, un desconocido interrumpe su marcha y le pregunta: "Señor, ¿son pocos los que se salvan?" y Él le respondió: "Procuren entrar por la puerta estrecha, porque les digo que muchos intentarán entrar y no podrán" Lc 13, 22-24.

Pareciera que es una preocupación la del desconocido que se hace visible entre quienes le siguen: ¿Serán pocos?, ¿Serán muchos?, ¿Será que todos los que vamos contigo nos salvamos? ¿Serán solo los justos? Y Jesús con su gran sabiduría,  le responde: "Lo importante  no es saber cuántos se salvarán. Lo más importante es vivir inquieto comprendiendo con claridad  y responsabilidad el mensaje del Evangelio para acoger la salvación que Dios ofrece".

Si, para acoger la salvación se nos hace importante a todos, luchar entre todas las llamativas que ofrece el mundo para hacer lo que Jesús nos pide, confiando en su perdón. Ello quiere decirnos que hemos de ser misericordiosos como Él es misericordia y perdonando a quienes hemos ofendido y al que nos ofende. Y esa es la puerta estrecha que Jesús nos enseña hoy.

Preguntémonos: ¿Cuál es el camino que estoy siguiendo en mi diario vivir?, ¿Es Jesús,  mi modelo?

Venid, venid todos, venid a la fiesta. No os quedéis fuera mirando con tristeza. Celebremos la fiesta del Señor, la que nos mandó. Hagamos todos juntos un pan tierno y grande, y preparemos abundante y generoso vino.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:42 a.m. | Permalink |


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