"Esta es la generación que busca tu rostro, Señor."...Salmo 23.

Sábado 23 de Octubre del 2021

Todos estamos llamados a la conversión, pero si interpretamos los signos de los tiempos, como la desgracia de los que murieron repentinamente, a la luz del Evangelio, comprendemos Dios nos está diciendo que tenemos un tiempo limitado en nuestra vida y tenemos que aprovecharlo. Y Dios es paciente con nosotros, no nos castiga, y nos da un año más, y otro, y otro…

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 13, 1-9, Jesús nos está invitando a la conversión y desenmascara los propósitos e intenciones  de esos hombres que se habían presentado ante Él para hacerle ver que los sufrimientos de la vida tienen que ver con la relación que se tiene con Dios.

Ellos le dicen para comunicarle la horrible matanza que había ocurrido en el recinto sagrado del templo: "Pilato mezcló la sangre de unos galileos con la de unos animales para ofrendar a Dios" y Él les respondió: "¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos? Ciertamente que no; y si ustedes no se arrepienten, perecerán de manera semejante" Lc 13, 1-3.

Es posible que esos señores  querían ver a Jesús solidario frente a esa horrenda masacre y por acto sacrílego de Pilato en un templo sagrado. Pero Jesús les rechaza tajantemente sus creencias  tradicionales que ponen a Dios de por medio atribuyéndole esas desgracias justicieras y castigadoras.

La parábola de la higuera que no produce los frutos esperados (Lc 13, 6-9) nos representa a todos los hombres; pero hoy Jesús sale al frente del dueño de la viña para interceder por nosotros y darnos un tiempo adicional para intentar hacerla producir. 

Y esa, es su intención en  este Evangelio: Darnos la oportunidad para que seamos capaces de salir de las rutinas y acercarnos a Él para hacer renovar y transformar nuestra manera de vivir.

Señor Jesús, necesitamos estar VIGILANTES para descubrir la presencia del amor del Padre en nuestras vida. Concédenos el don de no dormirnos ni vivir en la rutina, sino que despiertos, nos encontremos con Él en tantos momentos de nuestro caminar.