lunes, octubre 18, 2021

"Que tu Misericordia, Señor,  venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti"...Salmo 32.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 17 de Octubre del 2021

Jesús, invita a sus discípulas que se pregunten si son capaces de compartir su destino doloroso. Cuando se enteran de lo que ocurre, los otros diez discípulos se llenan de indignación contra Santiago y Juan. También ellos tienen las mismas aspiraciones. La ambición los divide y enfrenta.

Como lo vemos en el texto del Evangelio de hoy tomado de Mc 10, 35-45, los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir" El les preguntó: "¿Qué queréis que haga por vosotros?" Ellos contestaron: "Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda" Entonces Jesús les replicó: "No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?" Ellos contestaron: "Lo somos." Entonces Jesús les dijo: "El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado" Mc 10, 35-40.

Como lo apreciamos, Santiago y Juan quieren adelantarse a los demás y hacerse a los primeros puestos del Reino que Jesús venía anunciando. 

Jesús se sorprende y les dice: "y les dice que piensen bien si son capaces de compartir con Él  ese destino doloroso que le espera. Claro, los otros diez, al conocer las aspiraciones de estos dos, reaccionan y les llaman la atención, porque ellos también piensan igual.

Viene entonces, la división y los enfrentamientos, porque todos están interesados en honores y protagonismo.

Jesús sale al paso y les dice con toda claridad: "El que quiera ser grande, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser el primero, sea esclavo de todos" Mc 10, 43-44.

Interesante observación nos hace Jesús en este Evangelio: La grandeza de una persona no se mide por el poder que tenga, ni por el cargo que ocupa o los títulos que a logrado, sino que se logra siendo quien se hace pequeño y humilde; está siempre presto a corresponder con disponibilidad de servicio y ayuda a los demás.

Jesús nos ha dado el mejor de los ejemplos: Vino al mundo a servirnos y dar su vida por la salvación de todos nosotros.

Como servidores del Reino de Dios, nos hemos de colocar en la comunidad, no desde arriba, desde la superioridad, el poder o el protagonismo interesado, sino desde abajo, desde la disponibilidad, el servicio y la ayuda a los demás. Nuestro ejemplo es Jesús.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:23 a.m. | Permalink |


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