domingo, octubre 10, 2021

"Sácianos de tú Misericordia, Señor, y estaremos alegres"...Salmo 89.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 10 de Octubre del 2021

Todas las cosas que poseemos son buenas y necesarias..., ¡claro que sí! Pero ninguna de ellas, ni siquiera todas juntas, responden al deseo profundo de felicidad que tenemos. Ninguna de ellas, aun consiguiéndolas con mucho esfuerzo, nos garantiza la felicidad. Porque son todas tan frágiles: es frágil el empleo y la economía, es frágil la estabilidad familiar, es frágil la salud, y son frágiles las personas en las que podemos apoyarnos y con las que caminamos cada día... porque un día pueden faltarnos. Hoy Jesús le da una vuelta de tuerca con tres imperativos: vende, dale, sígueme. Es como si dijera: «Una cosa te falta»

El Evangelio de hoy está tomado de Mc 10, 17-30. La escena que vemos en este Evangelio es la de un joven que corría apresurado detrás de Jesús y al llegar donde Él, se arrodilla a sus pies para preguntarle: "Maestro bueno, ¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?" Jesús le respondió: "¿Porque me llamas bueno? Nadie es bueno fuera de Dios. ¿Conoces los mandamientos, no matarás, no cometerás adulterio, no robaras, no jurarás en falso, no defraudarás, honra a tu padre y a tu madre?" él, le respondió: "Maestro, todo lo he cumplido desde mi juventud". Jesús lo miró con cariño y le dijo: "Una cosa te hace falta: ve, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después, sígueme" Mc 10, 17-21.

Significativo reto nos presenta hoy Jesús. Él, nos previene sobre el delirio que muchos de nosotros tenemos de acumular riquezas materiales, sin pensar muchas veces que estas nos roban las verdaderas riquezas que nos permitirán entrar en el Reino de Dios. 

Jesús nos recuerda a ti y a mi que "no hay nadie más bueno que Dios" antes de que, por nuestros pensamientos, estemos planteándonos el que hay que hacer, porque hemos de bajarnos de ese pedestal donde creemos que estamos y presentarnos  con toda humildad y sencillez ante un Dios Bueno  e inigualable.

Jesús nos pide el desprendimiento total y no a medias de todas las cosas que nos esclavizan. Él fija su mirada en cada uno de nosotros y ve que en nuestros corazones existen grandes apegos a las cosas del mundo.

Hoy nos pregunta: ¿Quieres alcanzar la vida eterna? Pues una cosa te hace falta: actuar para dejar de poseer lo que en nuestros corazones está enraizado y con la ayuda de Él echar todo al fuego e iniciar un nuevo camino a su lado.

Jesús hoy nos dice a ti y mi: «Vamos a mirar juntos a los demás, a los que sufren, a los pobres». «Vente conmigo y ponte a amar, pon a los demás en el centro de tus inquietudes y preocupaciones... y que Dios sea tu único tesoro»

 
posted by Laureano García Muentes at 5:30 a.m. | Permalink |


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