"Instrúyeme, Señor, en tus decretos"...Salmo 118.

Viernes 22 de Octubre del 2021

Jesús reprocha a la gente que saben muy bien discernir los signos del tiempo, las cosas materiales, pero no conocen las espirituales. Saben perfectamente lo que es necesario para la vida temporal, pero no saben lo que es necesario para la vida eterna. El discernimiento consiste en buscar y reconocer –siempre por medio de la oración– lo que Dios quiere de nosotros, para dejarnos conducir por Él, para que sea su voluntad y no la nuestra la que determine nuestras decisiones.

Como lo leemos en el texto, Jesús invita a sus seguidores a saber discernir e interpretar los signos de los tiempos correctamente; a que comprendamos, juzguemos y contemplemos todos los acontecimientos que van sucediendo al alrededor de nuestras vidas, para descubrir en ellos, el paso de Dios entre nosotros y su acción de salvadora.

Para ello, queridos hermanos, se requiere que nos preguntemos muy sinceramente: ¿Estamos descubriendo a Dios en todas y cada una de las cosas que suceden alrededor y principalmente en nosotros  mismos? Pues es allí, es donde podemos percibir el verdadero camino que nos lleva a contemplar verdaderamente la presencia del Reino de Dios. 

Jesús también nos pide que no nos enrosquemos en posturas en las que nos figuramos tener la razón pero, que a otros, no convencen; y evitemos hablar de otros a las espaldas porque ello inyecta el odio, calumnias y difamación. Lo que Jesús desea de cada uno de nosotros es vivir la coherencia y el espíritu de filiación. 

Mientras estás de camino, dice Jesús. La vida es camino, su meta es la fraternidad del reino de Dios. Si no se pasa de la lógica de la venganza y del conflicto a la del perdón y la reconciliación, la vida simplemente no es humana