"El Señor no rechaza a su pueblo "...Salmo 93.

Sábado 30 de Octubre del 2021

Jesús propone a sus seguidores, otro estilo muy diferente de ser y de vivir: desde la humildad y la sencillez de corazón, imitándole a El, como Maestro, que no vino a ser servido sino a servir. Así se resume la gran lección que quiso ofrecer en la ocasión que relata el texto evangélico.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 14, 1.7-11 nos infunde las fuerzas necesarias para que vivamos la humildad.

Como leemos en el texto, Jesús es invitado a comer en casa de un jefe Fariseo y como era de ellos su costumbre, no dejaban de espiarlo.

Jesús se siente libre y les critica fuertemente porque siempre estaban ansiosos de ocupar los puestos de privilegio. Él, les observa y les dice: "Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el puesto a éste." Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más arriba." Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."

Ellos quedaron estupefactos  ante sus Palabras porque les critica ese orgullo con que aparentaban cumplir a cabalidad las normas de urbanidad y la ostentación vanidosa e irritante a la gente. 

Y es que la humildad es una de las leyes más importantes en el Reino de Dios y fue la voluntad constante que siempre predicó a lo largo de su vida pública. 

Él hoy nos resalta ese valor importante, para que vivamos el Amor a los demás y a no querer pasar por encima de los demás para querer ocupar los primeros puestos. 

Recortemos de nuestras vidas esos intereses mezquinos y renunciemos a esas ansias de obtener ventajas ante los demás. Pongámosle alegría a la vida e interesémonos más por aquellos que están esperando de nosotros un poco de amor y comprensión.

“Señor Jesús, no nos dejemos perder en pequeñeces y apariencias. Danos tu gracia para centrarnos en lo que es más importante en la vida”.