"Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su mirada."...Salmo 45.

La Iglesia Universal celebra hoy la consagración como entidad sagrada la Basílica de San Juan de Letrán de Roma. Catedral del primer Obispo, San Pedro, el discípulo de Jesús, quien dio testimonio de fe con su propia vida. Esta fue la primera Iglesia cristiana que  autorizó el imperio romano. 

En ella, el 15 del pasado mes de mayo fue Beatificado nuestro Padre Fundador, Francisco María de la Cruz Jordán. 

Martes 9 de Noviembre del 2021

Jesús ha llegado al “corazón” y su Buena Nueva descubre toda  NOVEDAD que aporta. Por eso aceptarle a Él, significa superar todas las propuestas que destruyen al hombre y es asumir el camino que El nos propone. ¡Es todo un cambiazo y…es necesario! Experimentar, pues, a Jesús como LO NUEVO, el camino de acceso a Dios… ¡es algo vital e imprescindible! ¡Buen ánimo, hermano/a! Anímate!

El Evangelio de hoy tomado de Jn 2, 13-22, nos muestra el celo y el enojo de Jesús al encontrar el templo de Jerusalén (dedicado a Dios), convertido en un centro de explotación económica y religiosa por parte de los dirigentes judíos quienes habían establecido en él, sus afanes de poder y corrupción. 

Jesús no se amilana frente a lo que allí encuentra, ni se transa con las autoridades judías, sino que manifiesta su postura frente al verdadero sentido que se le ha de dar a ese lugar dedicado a dar culto a Dios. 

Dice el texto del Evangelio, que "Jesús hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre”. Entonces, los Judíos le preguntaron: "¿Que signos  nos das para actuar así?" Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar". Jn 2, 15-16. 18-19.

Jesús está enfadado y saca del lugar sagrado que es nuestros cuerpos, a los mercaderes del mal, a latigazos. Nos libera. 

Él defiende lo que Dios con amor ha construido. Su gran amor por la persona humana, lo hace actuar así.

Somos templos del Espíritu Santo y no podemos permitir que este sea profanado por todo tipo de abusos físicos y morales; y ello, ha de ser nuestro afán y compromiso para dar fortaleza a nuestras pasiones por seguirle sin condicionamientos.

¿Cuántos abortos, violaciones, abusos, mentiras, engaños, actos corruptos, realizan muchos que profanan el templo de Dios? ¿Cuántos atropellos a la dignidad humana y a nuestra casa común?

Quienes vemos a Jesús como el nuevo templo, todo ha de ser diferente. Jesús nos ha invitado a seguir sus pasos, entrar en su proyecto y vivir con su espíritu. 

Estas puertas de este templo, siempre estarán abiertas para todos. Nadie está excluido. Él es el Verdadero templo!!!!

“Señor Jesús, en Ti descubrimos la nueva y definitiva presencia de Dios y de su amor. Ayúdanos a que cada día te sintamos y que viva Dios entre nosotros.. Gracias por darnos esta posibilidad”.