"Entrad en la presencia del Señor con vítores"...Salmo 99.

Viernes 3 de Septiembre del 2021

Aceptar a Jesús como el enviado de Dios supone una novedad radical en nuestras vidas, es decir, supone cambiar el estilo de vida. No es sólo cuestión de remiendos o arreglos de fachada; supone colocarse el “traje nuevo”.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 5, 33-39 nos relata un nuevo conflicto entre Jesús y las autoridades religiosas de esa época y lo hacen, porque ellos no sabiendo donde fastidiarlo, pretenden hacerle ver que sus seguidores no se comportan  como los discípulos de Juan Bautista que ayunan y rezan mucho. Jesús, conociendo sus intenciones les dice: "¿Pueden los invitados a la boda hacen ayuno mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que el novio será quitado, y aquel día ayunarán" Lc 5, 34-35.

Esta vez como lo vemos en el texto, el conflicto es con relación al ayuno, pero Jesús aprovecha esta ocasión para dejar bien claro cuál ha de ser el perfil requerido para hacer parte del Reino de Dios. 

Y ese Reino lo compara con un gran banquete de bodas donde no caben las tristezas ni las amarguras, como tampoco, salvará ni el ayuno ni otra práctica religiosa sino, la presencia viva y entusiasta del esposo que es Jesús el Salvador. 

Las palabras que utiliza Jesús sobre el remiendo nuevo en el paño viejo y sobre el vino nuevo en odres  viejos debemos entenderlo como esa luz que Él refleja sobre toda clase de conflictos. Él es la novedad que no se puede combinar con las costumbres religiosas antiguas.

Restauremos nuestros corazones y no caigamos en esas ideas generalizadas que muchas veces se hacen ver como verdaderas; y busquemos a toda costa fortalecer la Fe para que nos ayude a resistir todos los embates del mundo.

“Señor Jesús, que cada día descubramos en Ti la presencia nueva y definitiva del amor de Dios y ajustemos nuestras vida a la nueva situación”.