sábado, agosto 28, 2021

"El Señor llega para regir los pueblos con rectitud "...Salmo 97.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 28 de Agosto del 2021

“Estad en vela” no es un estado de temor y temblor, sino algo positivo y constructivo; no es cuestión de “esconder el dinero”, sino de hacer fructificar con sencillez, pero con valentía, los dones recibidos de forma gratuita. Es la mejor forma de “Esperar al Señor”. 

El Evangelio de hoy tomado de Mt 25, 14-30 es una de las parábolas más significativas que utilizó Jesús para ofrecer una enseñanza sencilla pero muy exigente: Los Talentos. 

Jesús toma en su contexto a un hombre muy rico que delega la admiración de sus bienes a sus siervos porque tiene la necesidad de realizar un viaje muy largo. Al primero le entrega cinco talentos o sea, una cantidad grande de dinero, al segundo, dos talentos y al tercero, un talento. Y como lo podemos percibir en el texto, dos de ellos, ponen en productividad los talentos y obtienen un rendimiento del cien por ciento, pero, la actitud que tomó el tercero fue la de esconder en la tierra ese talento y no ganar nada. Al volver a casa el hombre rico pide cuentas de sus dineros y recompensa a los dos que fueron sagaces y produjeron su dinero, y castiga severamente al que no hizo nada.

Los talentos a los que se refiere  hoy Jesús, no son esos medios aceptados en el plano financiero; son esas cualidades que Dios nos ha dado a cada uno; y nos pide que los utilicemos con creatividad, dándole siempre respuestas activas y concretas a Dios en la transformación del mundo y con el firme compromiso de abrir camino entre los hombres para que conozcan al Único y Verdadero Dios y a su Hijo Jesucristo como el Salvador. 

La parábola de hoy hermanos, nos enseña a no vivir cerrados en nosotros mismos, guardando los dones y talentos que Dios nos ha dado, sino que tenemos que ponernos en pie y con disposición de salida a entregar lo que gratis hemos recibido a otros con generosidad y solidaridad. 

Jesús cuenta con cada uno de nosotros para continuar su obra salvífica por todos los lugares del mundo y requiere que le pongamos todo nuestro empeño para lograr los frutos, pero requiere de nosotros, astucia y responsabilidad.

Revisa en silencio los dones que has recibido de Dios y cual de ellos, consideras el más importante para beneficiar a otros.

“Señor Jesús: el Padre nos ha colmado de dones, para que podamos producir frutos de vida. Lo queremos, Señor. Ayúdanos en el empeño”.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:17 a.m. | Permalink |


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