" Gustad y ved qué bueno es el Señor "...Salmo 33.

Domingo 22 de Agosto del 2021

Muchos de nosotros abandonan a Jesús. Porque los amores mentirosos dan la espalda al Amor. ¿Cómo es posible que nos olvidemos del amor de Jesús? ¿Cómo es posible que estando tan cerca de la fuente nos muramos de sed? ¿Cómo es posible que siendo Jesús tan amigo de dar le volvamos la espalda? ¿Cómo es posible que cerremos la puerta a quien nos abrió su Corazón? 

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 6, 60-69, Jesús se muestra inquieto por la crisis que se ha venido generando en el grupo de sus discípulos, pues los veía murmurar respecto al mensaje que les habían escuchado decir.

Jesús conociéndoles, les dice: "Las palabras que les he dicho son espíritu y vida. Pero hay algunos de ustedes que no creen" Jn 6, 60, 64.

En el grupo de personas que seguían a Jesús fueron muchos los que mostraban incrédulos y llenos de incertidumbre al no se sentirse capaces de dejar a un lado sus gustos y seguridades. 

Así lo podemos percibir en el Evangelio de hoy: Fueron muchos los que echaron pies atrás y se retiraron.

Algo muy cierto se presentan hoy en nuestros grupos o comunidades, porque aún vemos que dentro de estos, muchos que se resisten a aceptar las condiciones y consecuencias que Jesús exige. Con su actitud  solo demuestran que su Fe es débil o ficticia como también, irreal.

Jesús hoy nos está cuestionando a ti y a mi  cuando nos dice: "¿También  nosotros queremos marcharnos?" ¿No te parece una pregunta muy clave? Entonces, preguntémonos: ¿Qué queremos o buscamos al estar integrando a un grupo que quiere seguir a Jesús?, ¿Porqué hemos permanecido en este grupo?, ¿Seremos capaces de darle a Jesús una respuesta similar a la que le dio Pedro?

La respuesta de Pedro es muy ejemplar:  "Señor, ¿A quien vamos a acudir? Tú tienes Palabra de vida eterna. Nosotros hemos creído y reconocemos que tú eres el Consagrado de Dios" Jn 6, 68-69.

Como lo podemos ver, este mensaje de hoy nos instruye como debemos alimentar el espíritu para trascender y alcanzar la vida eterna. ¿Será que soy capaz de aceptar este compromiso?

“Señor Jesús, en Ti hemos puesto nuestra confianza, más allá de lo que podamos ver y entender. Concé­denos entrar en profunda comunión contigo para que nuestra vida tenga sentido y plenitud”.