sábado, septiembre 11, 2021

"Bendito sea el nombre del Señor por siempre "...Salmo 112.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 11 de Septiembre del 2021

Los Discípulos de Jesús son conocidos por su amor al prójimo. Son conocidos por estar dispuestos a ayudar a la gente y a sufrir por los demás. Jesús enseñó a la gente y a sus discípulos a amarse los unos a los otros. Los frutos del Espíritu son el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la amabilidad, la bondad, la fidelidad, la humildad y el dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 6, 43-49, Jesús le dice a sus discípulos: "No hay árbol sano que dé fruto podrido,  ni árbol podrido que dé fruto sano. Cada árbol se reconoce por sus frutos. No sé cosechan higos de los cardos ni se vendimian uvas de los espinos.  El hombre bueno saca cosas buenas de su tesoro bueno del corazón; el malo saca lo malo de la maldad, porque de la abundancia del corazón; habla la boca" Lc 6, 43-45.

Con estas palabras les dá a entender que Él sabe lo que el corazón del hombre se juega la vida;  porque en su interior, está el bien o el mal. 

Y es verdad, porque el corazón se puede comparar con una fuente y la boca como ese río por el cual viajan las palabras que de él brotan.

Ello quiere decirnos, que de nuestras acciones, palabras y pensamientos se dan por manifiesto lo que vivimos en el corazón. 

Jesús también les dice: "¿Por qué me llaman: ¡ Señor, Señor!, si no hacen lo que les digo?" Y entonces les manifiesta un ejemplo muy sencillo comparando a los que edifican una casa sobre arena y aquellos que lo hacen sobre roca firme; queriéndoles decir que el que escucha la palabra de Dios y la pone en práctica y aquel que la escucha y no la pone en práctica.

Este Evangelio nos cuestiona hoy a todos, por la falta de actitud que muchas veces tenemos; porque de  ella depende nuestra fuente que le da fundamento a nuestro hablar y actuar. 

Quienes no leemos y no rumiamos la Palabra, no podremos entender su mensaje para hacerlo vida en nosotros como también en nuestro entorno. Quienes  actúan así, es y será  como el que construye su vida sobre arena.

Preguntémonos: ¿Dónde y sobre que estamos construyendo nuestras vidas?, ¿Es Cristo nuestra base sólida para contener cualquier tormenta o dificultad?

Señor Dios Omnipotente, que nos has permitido llegar al principio de este día, guárdanos hoy con tu poder, para que no caigamos en pecado, antes bien, todos nuestros pensamientos, palabras y obras se dirijan a cumplir tu Santa Ley.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:33 a.m. | Permalink |


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