sábado, agosto 07, 2021

"Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza "...Salmo 17.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 7 de Agosto del 2021

Cuando la fe en Jesús es verdadera y fuerte, derriba la montaña de creencias raras, seguridades supersticiosas y sentimientos de culpa enfermizos que llevamos dentro. Y, en su lugar, pone la fuerza que da vida y hace felices a los humanos. 

El Evangelio de hoy tomado de Mt 17, 14-20, nos sitúa en una experiencia que desafía a los discípulos que acababan de vivir la transfiguración. 

El texto nos dice que un hombre se le acerca a Jesús, y de rodillas le dice: "Señor, ten compasión de mi. Tengo un hijo que es lunático y padece mucho; le dan ataques y sufre terriblemente. Muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos, y no han sido capaces de curarlo". Jesús tomó la palabra y dijo: "¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros, hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo".

Como lo vemos Jesús increpó al demonio, y este, salió en aquel momento y el niño se curó. Entonces los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: "¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?".

Él les contestó: "Por vuestra poca fe. En verdad os digo que, si tuvierais fe como un grano de mostaza, le diríais a aquel monte: “Trasládate desde ahí hasta aquí”, y se trasladaría. Nada os sería imposible"

Como leemos en el texto, el señor que se le acerca a Jesús porque tiene una necesidad que le agobia y se coloca de rodillas ante Él desesperado; amaba grandemente  a su hijo. Y miren, Jesús conoció lo que brotaba de su corazón y atiende su suplica curando a su hijo.

Este Evangelio nos toca a todos nosotros. Muchos  queremos ser importantes  entre nuestras familias, grupos o comunidades y queremos que nos reconozcan y nos premien; pero... olvidamos algo muy importante:  Que Dios nos escogió para ser instrumentos para actuar, con una Fe firme y adulta que nos lleve a actuar como hoy lo muestra el Evangelio sin olvidar que cada uno con Dios, formamos un solo equipo y juntos, podemos hacer grandes cosas.

Permanezcamos pues en el Señor para poder así enfrentar al mundo en que vivimos donde parece que los gustos y las vanidades quieren opacar la fe y los sentimientos de confianza en Dios. 

“Señor Jesús, la experiencia nos enseña que, con tu ayuda, podemos hacer cosas importantes y que solo no podríamos. ¡Aumenta nuestra fe y clarifícala desde la experiencia de una RELACIÓN de amistad contigo!”.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:19 a.m. | Permalink |


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