miércoles, julio 28, 2021

"¡Santo eres, Señor, Dios nuestro!"...Salmo 98.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 28 de Julio del 2021

La enseñanza que nos ofrece hoy Jesús es iluminadora y fundamental: el Reino de Dios y todo lo que éste comporta exige una entrega completa e incondicionada a su causa. Este Reino, no es algo, sino alguien; es haber encontrado a la persona de Jesús.

Hoy en el Evangelio, Jesús con dos parábola muy sencillas y con un lenguaje evocador que atrae nuestra atención,  nos enseña  la manera como podemos  descubrir la riqueza del Reino de Dios. 

Con gran sabiduría se dirige a la gente diciéndoles: " El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo: lo descubre un hombre, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, vende todas sus posesiones para comprar aquel campo. El Reino de los Cielos se parece a un comerciante de perlas finas: al descubrir una de gran valor, va, vende todas sus posesiones y la compra" Mt 13, 44-46.

Con ello, Jesús nos afirma que el Reino de Dios no es algo que es visible o se ve con claridad, sino que es algo que se encuentra oculto a la mirada  humana y que está más allá de las apariencias o características  que le demos a una persona o alguna cosa.

Que fácil es para nosotros adiestrarnos con gran rapidez en los negocios que nos ofrece la gente y el mundo, porque lo primero que se nos viene a la mente es medir las ganancias materiales y las tangibles. 

En cambio, los que persiguen los bienes espirituales solo miden sus ganancias a través de la Fe, la Esperanza y el Amor.

De ello, Dios nos ha provisto de todos estos medios para encontrarlo, y es con : La Palabra, los Sacramentos y las personas de buena voluntad que viven o han vivido una vida ejemplar y santa.

Entonces hermanos, nuestro compromiso es ayudar a otros a descubrir ese gran tesoro escondido en nuestra  humanidad y de esto, es lo que a grito nos aclama Jesús hoy en este Evangelio: Llegar al corazón de los hombres para formarlos a ser capaces de con sus esfuerzos y dedicación puedan encontrar en el campo del mundo, el verdadero sentido de la vida que nos llevará a ser dignos del Reino del amor, la justicia y la paz.

No olvidemos que la única perla preciosa es Cristo,  y quien lo posee conocerá  su gran valor.

Señor, que no nos cansemos nunca de buscarte, queremos que nos ayudes a que te permitamos entrar más adentro de nuestro ser, en la espesura de tu amor. Acompáñanos por los caminos de la vida, para que no caigamos en las esclavitud de las modas, sino que Tú seas el TESORO que ilumina toda nuestra existencia.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:28 a.m. | Permalink |


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