miércoles, agosto 04, 2021

"Acuérdate de mi, Señor, por amor a tu pueblo"...Salmo 105.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 3 de Agosto del 2021

El proyecto de Dios que se ofrece en Jesús está plenamente abierto a TODOS. ¡La hermosa “estampa” de hoy, cargada de fe y súplica profunda, de una sencilla mujer a favor de su hija! Es un reconocimiento explícito de la fuerza salvadora y sanadora de Jesús. 

Hoy el Evangelio tomado de Mt 15, 21-28, nos presenta una escena conmovedora de una mujer sufrida que  implora compasión por tener a su hija atormentada por un demonio.

Ella era Cananea, de una región apartada y pagana. Los judíos repudiaban a los habitantes de esas regiones, por rendirle culto a dioses.

Al pasar Jesús cerca de ella, le grita y le dice: "Señor, socórreme, ten compasión de mi" y Él le respondió: "No está bien quitar el pan a los hijos para echárselos a los perritos" y ella le respondió: "Es verdad Señor; pero también los perritos comen las migajas que caen de la mesa de sus dueños" entonces Jesús le contestó: "Mujer, ¡Que Fe tan grande tienes!, que se cumpla tus deseos" y desde ese momento su hija quedó sana. Mt. 15, 25-28.

Podemos notar que la frase que utiliza Jesús es dura, pero la mujer no se ofende ante ella porque demuestra seguridad de lo que pide.  Jesús conmovido y admirado por la respuesta que le da, porque está llena de una gran firmeza, le dice: "Mujer, ¡que grande es tu fe!, que se cumpla lo que deseas." Mt 15, 28.

¡¡¡Que gran sensibilidad tiene Jesús!!! Ante las angustias, necesidades y tristezas, Él no se muestra indiferente, antes por el contrario, mira la grandeza de nuestra fe, la humildad con que nos acercamos a Él, para poder penetrar a su corazón compasivo y misericordioso. 

Este Evangelio de hoy nos ha de ayudar a ser solidarios con las personas que sufren, ayudándolos a  aliviar sus sufrimientos. Es una invitación a romper todos los esquemas que hemos constituido para acoger, escuchar y apoyar al que se siente excluido y necesitado del amor y la esperanza.

“No permitas, Señor Jesús, que volvamos vacíos de nuestros encuentros contigo, porque nadie que confía de verdad en Ti queda defraudado”.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:19 a.m. | Permalink |


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