"Los humildes, buscan al Señor, y revivirá vuestro corazón "...Salmo 68.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Martes 13 de Julio del 2021
Aquí tenemos nosotros, un desafío: Jesús
siempre nos sorprende, porque su estilo, su mensaje adaptado a cada momento y a
tantas situaciones de vida, su propuesta arriesgada y con aire de radicalidad y
exigencia, sus promesas futuras, nos invitan a que hay que esperar.
En el Evangelio de hoy tomado de Mt 11, 20-24 percibimos las sensaciones de rechazo que experimenta Jesús en las ciudades de Corazin, Betsaida y Cafarnaún, lugares donde Él vivió, enseñó y realizó muchas curaciones; pero, sus actuaciones no fueron capaces de convencerles para que le reconocieran como el Hijo de Dios.
Jesús les echa en cara la falta de Fe y su falta de conversión al no creerle, y les dice: "¡Ay de ti, Corazín, ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubiesen hecho en Tiro y Sidón, hace tiempo habrían hecho penitencia vistiéndose humildemente y cubriéndose con ceniza" Mt 11, 21.
Severa y fuerte afirmación de Jesús hacia esos dirigentes que habían hecho lo imposible para cerrar las puertas al modo abierto y sencillo que promovía Jesús para mostrar a un Dios cercano y misericordioso que ofrece a todos y sin distingo alguno, la salvación a los pueblos.
Y miren, el único deseo de nuestro Dios es salvar muchas almas; pero, como lo hemos visto en este Evangelio, el problema radica en los hombres que quieren dictar normas y leyes acomodadas para llegar a una supuesta salvación.
Pero, a pesar de tanta indiferencia, Jesús no se amilana ni se cansa de insistirnos y de llamarnos. Él es quien nos pide que le demos aunque sea una sola migaja de nuestro amor; porque bien lo sabe, que somos capaces de dar mucho más.
Pidámosle a Jesús para que sea nuestra luz y guía en el camino de la vida y podamos ser hombres y mujeres de una Fe firme y adulta.
Señor Jesús, hoy te rogamos por todos aquellos que tienen la responsabilidad de hacer comprender y vivir la Buena Noticia del Evangelio: que la vida y la palabra sean portadores de fe y de salvación para todos.