"Muéstranos, Señor, la luz de tu misericordia"...Salmo 78.

Miércoles 26 de Mayo del 2021

SEGUIR A JESUS ES ABANDONARSE DE TODO, ES DESPRENDERSE DE LAS SEGURIDADES QUE OFRECE EL MUNDO ENTREGANDO TODO POR AMOR.

El Evangelio de hoy tomado de Mc 10, 32-45, nos presenta el tercer anuncio que le hace Jesús a sus discípulos a cerca de su pasión y resurrección. Él les dice abiertamente que sube a Jerusalén a dar la vida por amor. Él sabía muy bien que ir a Jerusalén significaba su muerte y todo, por el egoísmo y la incomprensión de los Judíos y Fariseos que le veían como un peligro para sus intereses personales; y eso a los discípulos le causaba miedo.

Para demostrarle confianza y fuerza, como lo dice el Evangelio, camina y se les adelanta colocándose delante de ellos.

Ser seguidor de Jesús nos obliga a convertirnos y a revisar constantemente la forma como venimos caminando con Él; y sin el miedo de asumir responsabilidades de fondo, descubrir esas cosas que nos están opacando el corazón y los sentimientos.

No es lógico que actuemos como los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan que le dijeron a Jesús: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir. Y Él les preguntó que querían: Ellos le respondieron: Concédenos sentarnos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Y Jesús les respondió: No saben lo que piden. ¿Son capaces de beber la copa que yo he de beber o recibir el bautismo que yo voy a recibir? Ellos respondieron: Podemos. Jesús les respondió:... El sentarse a mi derecha y a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado " Mc 10, 35-40.

Este actuar así, nos lleva a reflexionar lo que está significando para nosotros el seguimiento a Jesús, porque antes de llegar a posiciones y alcanzar ser reconocidos por los que nos rodean, es importante pasar por la cruz.

Seguir a Jesús es abandonarse, desprenderse y entregarlo todo por amor.

Señor Jesús, Tú nos propones otra CLAVE de VIDA para seguirte en fidelidad. Ayúdanos a abrirnos cada día a la voluntad del Padre, para así participar contigo plenamente en la causa del Reino.