sábado, diciembre 05, 2020

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 5 de Diciembre del 2020

JESUS NOS LLAMA A QUE LE COLABOREMOS PARA HACER PARTICIPES A MUCHOS HOMBRES Y MUJERES DE LAS BONDADES Y MISERICORDIAS DE DIOS.

"Dichosos los que esperan en el Señor "..."Alabad al Señor, que la música es buena; nuestro Dios merece una alabanza armoniosa. El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los deportados de Israel"...Salmo 146.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 9, 35-38; 10,1. 6-8, está dividido en dos partes, la primera se refiere a la actividad apostólica de Jesús y la segunda se refiere a la preparación de los discípulos para que realicen y den continuidad a la Misión que Él viene haciendo.

Como lo apreciamos en el texto, Él, como Buen Pastor, nos invita a Orar al Padre como dueño de la Mies para que nos llene de valor a fin de ir a trabajar a sus tierras y recoger la buena cosecha; expulsando de las siembras, enfermedades y plagas que le acechan y las destruyen .

Miremos algo interesante en el Evangelio: Jesús, a pesar de su condición Divina no quiere trabajar en la humanidad solo; Él quiere contar con la colaboración TUYA y MIA, para hacernos partícipes de su misma misión.

Y nos previene diciéndonos que nosotros solos tampoco podemos trabajar porque de esa manera, nos vamos alejamos de Él y no podremos cumplir su Mandato Misionero. 

El nos pide que para que ello se nos dé, es necesario salir de todas esas seguridades y comodidades que llevamos incrustadas en nuestros corazones, y así, Convertirnos en Verdaderos Testigos de sus Palabras.

Miremos: De Dios hemos recibido gratis (desde antes de nuestros nacimiento) Dones y Talentos que debemos compartir sin condiciones a los demás y si así lo hacemos, continuaremos con esa misma dinámica de Nuestro Padre Dios: Dar gratis lo que hemos recibido gratis.

Hoy el Señor nos manifiesta  que siente Compasión por  la humanidad y su mayor deseo es Curarnos de esas frialdades que sentimos por los más necesitados, es decir, por nuestras indiferencias y lejanías de Dios 

Como lo vemos, Él primero nos cura y después, nos envía a Proclamar a todos ese gran milagro de Amor, Bondad y Misericordia de Dios en todos los lugares del mundo.

La Autoridad y la Fortaleza que recibimos de Dios, nos impulsa a que, donde estemos, pase lo que pase, nos de valor y nos mueva a anunciarlo que Él vive y está cerca de todos

El Señor nos necesita como sus colaboradores para la gran obra de redención en todos los lugares del mundo. Necesitas de apóstoles convencidos y entusiasmados, que enseñen a otros la Bondad y la Misericordia de Dios.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:47 a.m. | Permalink |


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