jueves, noviembre 26, 2020

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 26 de Noviembre del 2020

JEUS NOS PIDE LEVANTAR LA CABEZA Y NOS ACERQUEMOS AL PADRE DIOS PARA QUE NOS AYUDE A LIBERARNOS.

"Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del cordero"...Aclamad al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría, entrad en su presencia con vítores"...Salmo 99.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 21, 20-28, nos muestra otro discurso apocalíptico de Jesús con unas señales.

Hace unos días (hace una semana, exactamente hoy), leíamos y reflexionamos el Evangelio de Lc 19, 41-44, que nos narraba que, al divisar desde lejos Jesús a Jerusalén lloraba por ella y decía: "Ojalá tú también reconocieras hoy lo que conduce a la paz. Pero eso ahora está oculto a tus ojos".

Jesús le dio nostalgia porque encontrará a una ciudad muy distante a sus ideales, ya que Jerusalén, se había convertido en una cueva de ladrones que combinaba su proceder con las alianzas de sus gobernantes que sometían a su gente .

Jesús veía que su trabajo allí, para liberar a ese pueblo, no iba a colmar sus sueños.

Y miremos: Jesús le habla hoy a sus discípulos y les advierte sobre el final de los tiempos y utiliza una serie de señales prodigiosas.

Entonces nos preguntaremos de manera inquietante los unos con los otros, como pasó en esa época entre los discípulos: ¿Cuándo sucederá todo esto?, ¿Estaremos preparados?, ¿Qué hacemos?, ¿Será que tenemos que esperar que se hagan realidad esos signos de los que habla hoy Jesús?

Miremos algo: Cada día en nuestro diario vivir tenemos que afrontar sufrimientos, persecuciones, desdichas, malos tratos e incomprensiones y estas, por muy insignificantes que sean, remueven esas seguridades que tenemos y nos embelesan; y esa conmoción interior, nos lleva a poner nuestra esperanza en Dios.

Si, cuando vemos que todas esas seguridades superfluas se van al piso, notamos que tenemos una única oportunidad y una solución definitiva: Levantar la cabeza y acercarse al Padre-Dios para que nos ayude y nos saque de ese fango y el Padre que es Misericordia, nos acoge, nos abraza y nos llena de valor y alegría para seguir avanzando.

Tengamos muy presente que cuando creemos que estamos llenos de firmeza,  estables, seguros y notamos que estas, nuestras seguridades se tambalean y pierden su significado, es porque nuestra liberación está cerca de nosotros, entonces levantemos la mirada y busquemos a Dios que es el único que puede dar soporte, firmeza y sentido a la vida.

ESTEMOS SIEMPRE DISPUESTOS A SER ANUNCIADORES DEL EVANGELIO DE JESUS, EL ANUNCIA A TODOS LA LIBERACION. NO TENGAMOS MIEDO, SU ESPIRITU NOS ACOMPAÑA.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:47 a.m. | Permalink |


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