martes, noviembre 24, 2020

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Martes 24 de Noviembre del 2020

JESUS NOS INVITA A CONSTRUIR LA VIDA CON LOS OJOS PUESTOS EN LOS QUE NECESITAN EL AMOR Y LA MISERICORDIA Y NO EN LOS TEMPLOS IMPREGNADOS DE LA CODICIA Y EL PODER.

"Llega el Señor a regir la tierra"..."Decid a los pueblos: "El Señor es Rey: Él  afianzó el orbe, y no se moverá; Él gobierna a los pueblos rectamente"...Salmo 95.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 21, 5-11, es una expresión apocalíptica de Jesús y que para muchos, nos puede resultar algo confuso. 

Algunos podrán considerar a Jesús hoy, como un adivino, un brujo o algo por ese estilo, porque está predestinando el tiempo futuro.

Pero recordemos que Jesús es el Hijo de Dios y como tal, es un gran profeta. Y ser profeta, es estar en sintonía con los Signos de los tiempos y con el corazón puesto en aquellos que hemos considerado pequeños, los pobres y necesitados del Amor y la Justicia.

Si, en el Evangelio de hoy, Jesús, nos habla de la Justicia porque está escuchando a algunos Fariseos y Escribas hablar sobre la belleza física del templo; y Él, que los escucha, les lanza esta expresión: "Llegará un día en que todo lo que ustedes contemplan será derribado sin dejar piedra sobre piedra " Lc 21, 6.

Nos preguntaremos: ¿Por que Jesús se expresó así?

Jesús toma la figura del templo, porque en él, se expresaba la codicia, el poder, la soberbia de los que manejaban los entes gubernamentales y religiosos, que querían fingir  a Dios, su fidelidad. Ellos estaban inundados del espíritu del mundo que les arrastraba a fingir cosas para alcanzar beneficios, riquezas, vanidades y posiciones.

Este Evangelio nos lleva a reflexionar en algo muy importante para nuestra vida: Todo lo que edificamos y logramos alcanzar con miras a estar por encima de los demás, a pesar de sus grandes estructuras, caerán en el momento menos esperado; porque no hay nada más grande y sólido que Dios

Que este un día sea para que nos sentemos a mirar nuestros objetivos que pretendemos alcanzar en la vida; y si ellos responden a lo puramente material o son una búsqueda sincera y constante de alcanzar la felicidad eterna junto a Dios: La Eternidad. 

Ante esa predicción de Jesús sobre la destrucción del templo, no tengamos miedo porque este nos paraliza y confunde. 

Jesús nos pide hoy que tengamos confianza para mantener la calma y no dejarnos aplastar de los sentimientos   y seguridades del mundo. 

SEAMOS FIELES ANUNCIADORES DEL EVANGELIO DE JESUS, LLEVEMOS A TODOS LOS LUGARES DONDE NOS ENCONTREMOS EL TESTIMONIO DE QUE JESUS ES CENTRO DE NUESTRAS VIDAS.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:44 a.m. | Permalink |


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