Viernes 20 de Noviembre del 2020

JESUS DESEA AYUDARNOS A CAMBIAR Y HACER DE NOSOTROS TEMPLOS DE DIOS.

 "¡Que dulce al paladar tú promesa, Señor!"..."Mi alegría es el camino de tus preceptos, más que todas las riquezas "...Salmo 118.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 19, 45-48, nos narra la entrada de Jesús al templo de Jerusalén. Un momento fuerte en la vida de Jesús

Si, Jesús encuentra el Lugar consagrado a Dios convertido en mercado donde se practicaba la actividad comercial y especulativa. El Templo convertido en una Cueva de Ladrones y de muchas  actividades de dudosa consideración con el cumplimiento de los preceptos morales.

Jesús entra y reclama a los allí presentes y les pide el respeto a ese lugar que ha de ser Una Casa de Oración.

El templo en ese entonces, era el lugar del poder religioso Judío, donde llegaban para la celebración de la Pascua muchas personas de diferentes lugares a ofrendar a Dios, animales y aromas. Allí, estaban los comerciantes de monedas.

¿Pero, que nos significa para hoy este Evangelio?

¿Ahora, que nos dice a ti y a mi hoy, como hijos de Dios? 

Ayer veíamos a Jesús llorar frente a Jerusalén y quizás nos parece contradictoria su actitud. 

Jesús se enfada por el mal uso del templo consagrado a Dios y nos dice: "Mi casa es Casa Sagrada, Casa de Oración".

Si, hoy llega a las puertas de nuestros corazones; y en verdad, se enfada porque sabe que muchos de nosotros estamos usando nuestros cuerpo (Casa de Dios) para realizar toda clase de impurezas materiales y morales, convirtiéndolo en una cueva de ladrones que  amenazan nuestras vidas. 

Jesús nos quiere ayudar a cambiar para así, purificar su templo y hacerlo  un lugar sagrado para Dios y su Templo es nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu que ha de perdurar siempre en Paz y libre de corrupción. 

Dejemos que sea el transformador de nuestras vidas

Démosle gracias a Dios por su gran Misericordia y por brindarnos sus esfuerzos para hacernos crecer en sus gracias. 

JESUS NOS PIDE QUE VAYAMOS A TODOS LOS LUGARES A BRINDAR NUESTRO TESTIMONIO DE VIDA COHERENTE A SU EVANGELIO. NO TENGAMOS MIEDO, EL NOS ACOMPAÑA Y ESTARA SIEMPRE A NUESTRO LADO.