domingo, diciembre 13, 2020

"Me alegró con mi Dios"..."Proclama mi Alma la grandeza del Señor, se alegra mi Espíritu en Dios, mi Salvador; porque ha mirado la humanidad de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones"...Salmo 1.


En el Evangelio de hoy tomado de Jn 1, 6-8,19-28, nos presenta a Juan Bautista como el primer testigo de Jesús; y es para todos nosotros, una invitación a estar en disposición de salida para anunciar que Jesús, es el Hijo de Dios que vive en nosotros y el la Luz para el mundo.

El Evangelio nos invita a VENCER el miedo, la apatía y la indiferencia para hablar a nuestros familiares y amigos que tenemos que prepararnos para celebrar con gozo y alegría el nacimiento del Hijo de Dios en el pesebre de nuestros corazones.

Para lograrlo, estamos invitados a discernir y escuchar de nuestros sentimientos y el corazón abierto, lo que significa para nosotros la frase: "Yo soy la voz que grita en el desierto" para así, detener el curso que llevamos en nuestras vidas y en un lugar o desierto, es decir,  nosotros solos, experimentemos frente a frente a Dios, la confrontación de nuestras vidas con sus realidades; y así, lograr abrirnos y dar pasos agigantados a vivir la confianza que nos muestra Dios y poner Fe en la esperanza que el futuro nos depara.

Y digo que en un desierto porque es en ese lugar que escojamos,  donde podremos vivir el encuentro más íntimo con Dios y con nosotros mismos; y allí, en medio de la soledad, percibir como afloran a nuestras mentes esas debilidades, desilusiones y fracasos que hemos vivido; como también, las grandes alegrías y fortalezas que Dios nos ha regalado para seguir avanzando en la vida.

Tú y yo estamos invitados a ser portavoces de aquellos que se creen sin voz, de aquellos, que viven de los ruidos y los intereses que muestra el mundo y que pretenden callar la voz de Dios

Este Domingo estamos abriendo las puertas para vivir la tercera semana de Adviento y en ella, debemos disponernos a que Jesús verdaderamente nazca en el pesebre que le hemos estado preparando en nuestros corazones y sea Él, nuestro Salvador.

No olvidemos que el Evangelio nos invita a ser testigos de la Luz que nos entrega Jesús para llevarla a donde existan las oscuridades.

ESTAMOS INVITADOS A SER TESTIGOS DE LA LUZ QUE NOS REGALA JESUS. NO TENGAMOS MIEDO, EL NOS GUIA Y NOS ACOMPAÑA EN TODOS LOS LUGARES DONDE ESTEMOS.


 
posted by Laureano García Muentes at 5:48 a.m. | Permalink |


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