REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Miércoles 9 de Diciembre del 2020
SEAMOS CONCIENTES DE NUESTRA PEQUEÑEZ, NOS LO PIDE JESUS HOY. LIBEREMONOS DE NUESTROS YUGOS.
*"No dejéis de esforzarnos, aunque os sobrevengan grandes sufrimientos, privaciones, aflicciones, o cualquier contrariedad. ¡No seáis negligentes! Talvez Dios os tenga destinado para realizar grandes cosas para su mayor gloria"* Beato Francisco Jordán P y E.
Hoy el Evangelio tomado de Mt 11, 28-30, nos invita a *no detenernos un solo instante en preparar nuestro camino al Señor enderezando los senderos por los cuales, hemos venido recorriendo la vida*.
En esta segunda Semana del Adviento todos estamos invitados al arrepentimiento y a revivir nuestro bautismo, revisando la vida que hemos estado construyendo y de manera muy decisiva y en libertad cambiar y abandonar lo que nos ha venido haciendo daño y separandonos de Dios.
Nos hemos acostumbrado a estar muy cómodos y amañados en nuestras seguridades y la indisciplina que llevamos, nos paraliza y nos hace negligentes.
Sentimos cansancio y desánimo cuando nos llaman e invitan a aportar nuestro servicio a los demás; porque no nos importan e interesan.
Dios hoy se manifiesta a los que se sienten cansados y agobiados por las circunstancias de la vida y abre de par en par su corazón y les pide *que sean conscientes de su pequeñez*, y les dice: *"Vengan a mi, los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mi, que soy tolerante y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su vida. Porque mi yogo es suave y mi carga es ligera"* Mt 11,28-30.
*Cuando tomamos en nuestras manos el yugo que porta Jesús, nuestra vida se vuelve Luz y reflejamos la Esperanza*
Todos tenemos defectos, pecamos y sentimos el peso de nuestras cargas; pero a pesar de todo, *Jesús nos invita a recobrar la vista, a levantarnos de nuestras enfermedades y a resucitar*.
Al sentirnos discípulos de Jesús, debemos acoger y adoptar los mismos sentimientos del Salvador, siendo hombres y mujeres dispuestos a creer que en Él esta la verdadera y abundante felicidad y la paz interior.